Bloomberg — La tercera estimación gubernamental del producto interior bruto (PIB) estadounidense del primer trimestre registró una importante revisión al alza, indicando un avance anualizado del 2%. La estimación previa era de 1,3%.
Este ajuste positivo se vio impulsado por el aumento de las exportaciones y del gasto de los consumidores. En particular, el gasto de los hogares, motor clave de la economía estadounidense, creció a un fuerte ritmo del 4,2%, el más fuerte en casi dos años, debido principalmente al aumento del gasto en servicios.
En cambio, los principales indicadores de inflación, estrechamente vigilados por la Reserva Federal, se revisaron ligeramente a la baja. El índice de precios de los gastos de consumo personal, excluidos los alimentos y la energía, registró un aumento del 4,9% en el primer trimestre.
Sin embargo, cuando se considera la otra medida principal de la actividad económica del gobierno, la renta interior bruta (RIB), surge un panorama diferente. Aunque la RIB mejoró en comparación con las estimaciones anteriores, experimentó un descenso del 1,8% en el primer trimestre, lo que supone la segunda disminución consecutiva.
Al promediar la RBD y el PIB, se observa que el crecimiento global de la economía fue de sólo el 0,1%, lo que sugiere unos resultados más modestos.
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