Bloomberg — La inflación española se ralentizó hasta situarse por debajo del nivel del 2% fijado como objetivo por el Banco Central Europeo (BCE), una pequeña victoria para las autoridades de Fráncfort que luchan por controlar el aumento de los costes en toda la Zona del Euro.
Los precios al consumo subieron un 1,6% en junio con respecto al año anterior, frente al 2,9% del mes anterior, ya que los aumentos de las facturas de energía y alimentos siguieron disminuyendo, según la agencia de estadística del país. Se trata del menor ritmo de inflación en más de dos años.
Los responsables del BCE no se sentirán muy tranquilos con los datos de la cuarta economía de la región, a pesar de la espectacular mejora. Los responsables políticos siguen preocupados por el ritmo subyacente del crecimiento de los precios en la zona del euro, que probablemente se haya vuelto a acelerar en un informe que se publicará el viernes.
“Creo que la evolución de la inflación subyacente es muy importante en las circunstancias actuales”, declaró el miércoles Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, a Bloomberg Television. “Quizás, ya saben, la inflación subyacente va a ser más rígida de lo que creemos”.
En España, la medida subyacente, basada en un índice y una cesta diferentes a los del indicador de la eurozona, se ralentizó hasta el 5,9% en junio desde el 6,1%.
Guindos y sus colegas pueden consolarse con la drástica caída de las previsiones de los hogares sobre la evolución de los precios en toda la región. Las expectativas de inflación de los consumidores cayeron al nivel más bajo desde 2016 en un indicador elaborado por la Comisión Europea publicado el jueves.
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“Sería prematuro declarar la victoria sobre la inflación. A medida que los efectos de base favorables se desvanezcan en los próximos meses, la tasa general volverá a subir de forma constante, hasta situarse justo por debajo del 4% a finales de año. Hasta mediados de 2024 no se alcanzará de forma sostenible el objetivo del 2% del BCE”. --Ana Andrade, economista europea.
Los datos italianos del miércoles mostraron una drástica caída del índice general. Sin embargo, la inflación se mantiene en el 6,7%, muy por encima del objetivo del BCE. Francia también podría registrar una ralentización del crecimiento de los precios el viernes.
Más tarde, el jueves, se espera que los funcionarios de Alemania, la mayor economía de Europa, revelen una aceleración. Las cifras publicadas anteriormente en Renania del Norte-Westfalia, el estado más grande del país, mostraron un aumento de 0,5 puntos porcentuales, hasta el 6,2%, en la tasa de inflación, medida con criterios nacionales. Otros informes de todo el país también mostraron sistemáticamente repuntes
Estos datos precederán a la publicación de las cifras de la Zona Euro en su conjunto. Los economistas prevén que la inflación general caiga al 5,6%, mientras que la subyacente suba al 5,5%.
Guindos, ex ministro de Economía español, afirmó que otra subida de tipos del BCE en julio es un “hecho consumado”, mientras que queda abierta la cuestión de qué hacer en la siguiente reunión de septiembre. Ese es el centro del debate entre los funcionarios en estos momentos.
Los mercados monetarios mantienen sus apuestas de que el tipo de depósito subirá hasta el 4% a finales de año, y se espera que la mayor parte de las subidas se produzcan en las decisiones políticas de julio y septiembre.
La ministra española de Economía, Nadia Calvino, afirmó la semana pasada que España podría no necesitar más subidas de tipos, aunque reconoció que el BCE “está mirando a Europa en su conjunto”.
A pesar de la ralentización del crecimiento de los precios en ese país, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que va a la zaga en las encuestas de cara a unas elecciones generales anticipadas el 23 de julio, amplió el martes un paquete antiinflacionista de 3.800 millones de euros (4.200 millones de dólares) en recortes fiscales y subvenciones.
--Con la colaboración de Ainhoa Goyeneche, Joel Rinneby y James Hirai.
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