Bloomberg — El presidente de Rusia, Vladimir Putin, describió a Yevgeny Prigozhin, el jefe del grupo mercenario que se levantó contra él, cómo corrupto pese a decir que el Kremlin financiaba sus operaciones.
Luego de que Prigozhin aterrizara en Belarus el martes, Putin detalló los más de US$3.000 millones que, según dijo, el estado había pagado para los mercenarios y para el servicio de catering de Prigozhin, que suministró alimentos a los soldados rusos luchando en Ucrania.
“Espero que nadie haya robado nada, o digamos que sólo un poco, en el transcurso de este trabajo”, dijo Putin a un grupo de soldados en el Kremlin. “Por supuesto, investigaremos todo esto”.
El retrato de Prigozhin como un traidor fue un esfuerzo para socavar las aseveraciones del líder de Wagner de contar con la simpatía popular cuando sus tropas avanzaron a través del sur de Rusia y llegaron a menos de 200 kilómetros de Moscú antes de abortar la rebelión después de un acuerdo negociado por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko. En virtud del acuerdo, Putin se comprometió a no procesar a Wagner por motín armado y los investigadores cerraron un caso penal el martes.
Eso no significa que los fiscales no puedan abrir casos de malversación y corrupción, según Alexander Baunov, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. “Los ciudadanos rusos de a pie, en su mayoría, aman a los defensores de la patria, y no les gustan los hombres de negocios corruptos”, dijo en Telegram.
La implicación era que Prigozhin se había rebelado antes de la fecha límite del 1 de julio para que los combatientes de Wagner firmaran contratos con el Ministerio de Defensa, poniendo fin de hecho a su independencia y al flujo de dinero estatal a su grupo mercenario.
Para el Kremlin y muchos grupos de la élite es importante “desenmascarar los motivos de Prigozhin, demostrar que hizo negocio en la guerra”, dijo Alexei Chesnakov, ex alto funcionario del Kremlin y consultor político. “Si no se desmiente este mito sobre el ‘noble ladrón’, afectará al Gobierno y a su futuro”.
Prigozhin ha acusado al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, de intentar “destruir” a Wagner y ha rechazado de plano la exigencia de firmar contratos con el Ministerio de Defensa. Putin respaldó la medida días antes de la rebelión.
En un mensaje de audio en Telegram justificando su motín, Prigozhin dijo que sus combatientes habían disfrutado de un amplio apoyo público a lo largo de la ruta de su marcha hacia Moscú. Su fácil avance por el corazón de Rusia no hacía sino demostrar que el Ministerio de Defensa no protegía al país porque había “graves problemas de seguridad”, dijo.
Las multitudes que vitoreaban a Prigozhin y a las tropas de Wagner en los vídeos difundidos en las redes sociales mientras se retiraban de la ciudad meridional rusa de Rostov del Don tras el fin del motín reforzaron su argumento.
En las semanas previas a su revuelta, Prigozhin también recorrió ciudades rusas celebrando reuniones públicas para argumentar que los militares corrían el riesgo de ser derrotados en Ucrania a menos que se intensificara la guerra con un paso a la movilización masiva y la ley marcial.
Se le ve cómodo hablando con los rusos de a pie, visitando a los afligidos familiares de las tropas de Wagner muertas en Ucrania para tomar el té en sus casas y entregarles medallas de servicio o consolarles en los funerales.
Muestra un toque popular en abundantes mensajes en las redes sociales, con un humor que toca la fibra sensible de los rusos de a pie.
Putin, por el contrario, se ha rodeado de funcionarios de seguridad y oficiales del ejército desde el motín, pareciendo sacudido por la mayor amenaza a sus casi 24 años de gobierno.
Muchos de sus altos cargos se han visto sorprendidos por la crisis. En una reunión televisada con el Primer Ministro Mijail Mishustin el martes, los ministros parecían conmocionados y solemnes.
Putin está intentando retratar a Prigozhin “como corrupto y mentiroso para destruir su reputación entre el personal de la Guardia y dentro de la sociedad rusa”, dijeron analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra en un informe el martes. “Es probable que Putin haya decidido que no puede eliminar directamente a Prigozhin sin convertirlo en un mártir en este momento”.
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