Bloomberg — El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que la comida que le sirvieron sus homólogos en Italia y Francia la semana pasada “no era tan buena” y se quejó también de la calidad y el tamaño de las porciones.
“Almorcé con (Emmanuel) Macron y con (Sergio) Mattarella”, dijo Lula el martes, refiriéndose a las reuniones recientes con sus homólogos de Francia e Italia en París y Roma. “Dos comidas de palacio que no fueron tan buenas”.
El exdirigente sindical agregó que, cuando viaja, siempre extraña tener una bandeja grande de la que uno pueda tomar toda la comida que quiera. “En cualquier caso, hemos sobrevivido”, dijo durante una transmisión por internet desde su residencia oficial en Brasilia.
Los Gobiernos francés e italiano no respondieron a las solicitudes de comentarios y no dieron detalles sobre el menú que se sirvió a Lula.
Sus comentarios, ya sean serios o en broma, nunca caerán bien en dos capitales culinarias del mundo que se enorgullecen enormemente de su cocina. Las declaraciones también se suman a la controvertida retórica que el líder izquierdista ha empleado desde que regresó al escenario mundial, incluida su afirmación de que Joe Biden y Volodímir Zelenski comparten parte de la culpa por la invasión de Rusia a Ucrania.
--Con la colaboración de Chiara Albanese.
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