Bloomberg — El Banco Central Europeo (BCE) probablemente no podrá declarar pronto el fin de su ciclo histórico de subidas de tipos de interés, declaró su presidenta, Christine Lagarde.
Señalando que los funcionarios de Frankfurt mantendrán un sesgo hacia el endurecimiento monetario, incluso si hacen una pausa en su campaña de subidas en los próximos meses, Lagarde también reiteró que julio traerá un noveno aumento consecutivo de los costes de endeudamiento para reducir la inflación.
“Es poco probable que en un futuro próximo el banco central pueda afirmar con plena confianza que se han alcanzado los tipos máximos”, dijo Lagarde el martes en un discurso de apertura del retiro anual del BCE en Sintra, Portugal. “Salvo que se produzca un cambio sustancial en las perspectivas, seguiremos subiendo los tipos en julio”.
Las últimas fases de la subida de tipos del BCE son el centro de atención, ya que la inflación general se desvanece pero las presiones subyacentes sobre los precios se muestran obstinadas. La mayoría de los economistas considera que los funcionarios harán una pausa después del mes que viene con un tipo de depósito del 3,75%, aunque los mercados monetarios están valorando un máximo de alrededor del 4% a finales de este año.
“En estos momentos, los responsables de la política monetaria tienen que errar en el sentido de decir ‘tenemos muchas opciones, las opciones están sobre la mesa y seguiremos subiendo los tipos si es necesario’”, declaró Seth Carpenter, economista jefe de Morgan Stanley, a Bloomberg TV. “No creo que tengan la oportunidad en breve de declarar la victoria”.
Una gran incógnita es cómo de rápido se está filtrando a la economía la subida de tipos, que actúa con retardo. “La intensidad de la transmisión en la práctica determinará el efecto de una determinada subida de tipos sobre la inflación, y esto se reflejará en la senda política prevista”, según Lagarde, que dijo que los primeros resultados se están haciendo visibles en sectores como el manufacturero y el de la construcción, que son más sensibles a los cambios de tipos.
Lagarde y sus colegas se reúnen en un contexto económico cada vez peor. Los datos de la semana pasada indicaban que la actividad en la zona euro, formada por 20 países, casi se estancó en junio. El lunes, las cifras mostraron una inesperada caída de las perspectivas empresariales en Alemania.
Aunque la expansión económica es “suave”, el Gobernador del Banco Central de Letonia, Martins Kazaks, declaró el martes a Bloomberg TV que no es lo suficientemente débil como para reducir la inflación por sí sola. Junto con su homólogo lituano, Gediminas Simkus, dejó la puerta abierta a subidas de tipos más allá de julio. “No me sorprendería que siguiéramos subiendo también en septiembre”, dijo Simkus.
Dondequiera que se establezcan los tipos, es probable que permanezcan ahí durante algún tiempo. “Tenemos que comunicar claramente que nos mantendremos ‘en esos niveles durante el tiempo que sea necesario’”, dijo la presidenta del BCE. “Esto garantizará que subir los tipos no suscite expectativas de una reversión demasiado rápida de la política y permitirá que se materialice todo el impacto de nuestras acciones pasadas”.
Esto es tanto más importante cuanto que lo que ella describe como “segunda fase del proceso inflacionista” cobra fuerza, con los trabajadores buscando una “recuperación” de los salarios para recuperar los ingresos perdidos.
“Ante un proceso inflacionista más persistente, necesitamos una política más persistente, que no sólo produzca hoy un endurecimiento suficiente, sino que mantenga las condiciones restrictivas hasta que podamos confiar en que se ha resuelto esta segunda fase del proceso inflacionista”, declaró Lagarde.
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