Bloomberg — En lo que fue una de sus mayores concentraciones anti-EE.UU. de los últimos años, más de 100.000 norcoreanos exhibieron carteles en los que se comprometían a “destruir el imperio de Estados Unidos” y a denunciar a Washington al tiempo que el país norteamericano busca conversaciones con Pyongyang.
La Agencia Central de Noticias coreana comunicó este lunes que los oradores hicieron un llamamiento a la “destrucción de las fuerzas imperialistas de Estados Unidos” en una concentración que conmemoró el 73 aniversario del inicio de la Guerra de Corea en junio de 1950 durante el fin de semana.
La concentración multitudinaria en el Estadio May Day de Pyongyang fue la mayor de su clase realizada desde 2017, según informó el Ministerio de Unificación surcoreano. Aquella se celebró en momentos de mayor tensión entre el régimen de Kim Jong Un y el por aquel entonces presidente Donald Trump.
La concentración es parte de la campaña de presión contra el gobierno de Biden, que ha incluido ensayos de nuevos misiles capaces de transportar armamento nuclear al territorio continental estadounidense y advertencias de que construirá más ojivas nucleares. El acto reforzó también el ánimo partidario del gobierno cuando el estado se prepara para una estación de monzones que puede acabar con las tierras de siembra y agravar su carencia de productos alimentarios, ya crítica.
“¡Todo el territorio continental de EE.UU. está dentro de nuestro alcance!” decía una pancarta mostrada por la máquina de propaganda de Corea del Norte, con una imagen colorida que mostraba múltiples misiles apuntando a lo que parecía ser un mapa de los EE.UU.
Kim no ha mostrado intención de regresar a las conversaciones de desarme que fracasaron bajo Trump hace unos cuatro años. El gobierno está preparado para realizar un desfile militar el próximo mes para conmemorar el 70 aniversario del acuerdo de armisticio en julio de 1953 que detuvo la Guerra de Corea.
El líder norcoreano ha estado modernizando su arsenal de misiles en los últimos años a medida que las conversaciones se estancaron, lanzando modelos que se implementan rápidamente y están diseñados para evadir los interceptores operados por Estados Unidos, mientras intenta aumentar su capacidad para realizar un ataque creíble.
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