Bloomberg — El líder de los mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, detuvo su avance hacia Moscú y envió a sus combatientes de vuelta a sus bases, desactivando por el momento lo que se había convertido en la mayor amenaza para el control del presidente Vladimir Putin sobre Rusia en sus 23 años de gobierno.
El Kremlin dijo que retiraba los cargos de motín criminal contra Prigozhin y sus combatientes como parte de un acuerdo para desactivar el levantamiento, según Tass. También dijo que el mercenario iría a Bielorrusia, cuyo presidente ayudó a negociar el acuerdo, pero no hubo confirmación inmediata de ello.
“Hemos sido capaces de resolver la revuelta sin más pérdidas, sin aumentar el nivel de tensión”, dijo Tass citando al portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Los acontecimientos coronaron un día de escalada dramática que vio a Prigozhin llevar convoyes de sus combatientes a pocas horas de la capital prácticamente sin oposición, incluso después de que Putin acusara al grupo mercenario de “traición” en una emisión de televisión a la nación el sábado. Al permitirle retroceder impunemente, Putin se arriesga a que parezca que se vio obligado a ceder ante el desafío armado de un hombre antaño conocido como el chef del presidente por sus contratos de catering en el Kremlin.
La rebelión de Prigozhin sacudió a un país que intenta mantener una guerra en Ucrania que es el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y se desarrolló con el telón de fondo de una contraofensiva ucraniana en parte de la zona donde las tropas de Wagner se desplegaron durante meses en la batalla más larga y sangrienta de la guerra.
Estados Unidos y Europa habían seguido de cerca los acontecimientos, y el presidente Joe Biden recibía regularmente sesiones informativas mientras los funcionarios trataban de interpretar los vertiginosos acontecimientos.
“Todo indica que se está produciendo una desescalada en Rusia”, declaró el Presidente polaco Andrzej Duda en Varsovia a última hora del sábado.
Las tropas de Prigozhin abandonaron las posiciones que habían tomado a primera hora del sábado en la ciudad meridional de Rostov del Don, según informó Tass. Moscú tenía previsto levantar las estrictas medidas de seguridad impuestas anteriormente cuando el grupo de mercenarios se dirigía a la capital.
Pero aunque Putin haya logrado evitar un conflicto, el dramático desafío de Prigozhin ha hecho tambalear la imagen de control político total del presidente ruso.
“Subestimamos a Prigozhin, pero ahora hemos sobreestimado claramente a Putin”, escribió en Telegram Tatyana Stanovaya, fundadora de la consultora política R.Politik. “Esta es una derrota muy poderosa para él”.
No hubo noticias inmediatas sobre si Putin había accedido a la demanda de Prigozhin de que sustituyera a su ministro de Defensa y a su máximo comandante militar, a quienes el mercenario culpa de haber chapuceado en la guerra de Ucrania.
“En 24 horas hemos llegado a 200 kilómetros de Moscú”, dijo Prigozhin a última hora del sábado en un mensaje de audio en Telegram. “Ahora es el momento en el que podría derramarse sangre. Por lo tanto, asumiendo toda la responsabilidad por el hecho de que podría derramarse sangre rusa, estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a nuestros campamentos de campaña”.
No indicó hasta dónde se retirarían ni dio otros detalles. “Querían disolver la PMC Wagner”, dijo en el mensaje, sin dar más detalles.
Tras prometer encabezar “una marcha de la justicia” sobre Moscú, Prigozhin publicó un vídeo suyo a primera hora del sábado en lo que dijo eran oficinas militares bajo el control de Wagner en la ciudad meridional rusa de Rostov del Don, uno de los principales centros operativos de las fuerzas rusas desplegadas en Ucrania. La afirmación no pudo confirmarse de forma independiente.
Sus fuerzas avanzaron posteriormente por la ruta de la principal autopista M4 que une Moscú con Rostov. En las redes sociales aparecieron vídeos que mostraban helicópteros militares sobrevolando la ciudad de Voronezh, donde una explosión sacudió un depósito de almacenamiento de combustible. El gobernador regional, Alexander Gusev, declaró que el depósito estaba ardiendo, sin dar explicaciones.
A continuación, las fuerzas de Wagner fueron vistas moviéndose a través de la región de Lipetsk, a unos 350 kilómetros (218 millas) de Moscú, dijo el gobernador Igor Artamonov en Telegram, instando a los residentes a permanecer en sus hogares. El gobernador de la cercana Kaluga anunció restricciones de viaje a la región, situada a unos 160 kilómetros (100 millas) de la capital.
Putin no nombró a Prigozhin durante su discurso de cinco minutos en el que dijo que “las ambiciones desmedidas y los intereses personales condujeron a la traición” contra el Estado y “la causa por la que lucharon y murieron los combatientes y comandantes de Wagner”. Estableció una comparación con las divisiones en Rusia durante la Primera Guerra Mundial, que desembocaron en la revolución bolchevique y la guerra civil de 1917.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo más temprano el sábado conversaciones sobre la situación en desarrollo en Rusia con su homólogo francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak. Los líderes también afirmaron su “apoyo inquebrantable” a Ucrania, según un comunicado de la Casa Blanca.
Ante la proximidad de los combatientes de Wagner, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, había declarado el lunes día no laborable para todos los servicios excepto los esenciales y aconsejó a los residentes que evitaran viajar por la ciudad, diciendo que las carreteras podrían estar bloqueadas ante la “complicada” situación.
Anteriormente, las autoridades habían anunciado un “régimen antiterrorista” en Moscú y sus alrededores, así como en la región de Voronezh. En las redes sociales aparecieron fotografías de bloqueos de carreteras en los accesos a la capital.
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