Bloomberg Línea — A pesar de que la huella de Intel ha crecido en México y América Latina en cuanto a ingenieros y procesos operativos desde la pandemia, el líder de la empresa para la región dice que la demanda de nuevas tecnologías y la nueva conformación de la industria y los mercados demandan una mayor producción de talento que por ahora no es suficiente en esta esquina del mundo.
“Entre 2021 y 2022 México produjo casi medio millón de ingenieros, un número importante, pero no es suficiente para dotar a las empresas del talento necesario para aprovechar las oportunidades que generan las nuevas tecnologías y las necesidades del mercado”, dice Santiago Cardona, director de Intel en Hispanoamérica.
En entrevista con Bloomberg Línea, Cardona dice que desde el arranque de la pandemia a la fecha, Intel ha crecido su huella en el ecosistema tecnológico de México, medido además del negocio que deja la llegada de nuevas empresas por medio del nearshoring, en la cantidad de nuevos ingenieros en la joya de su corona, el Guadalajara Design Center (GDC).
El GDC, un campus en el llamado Valle del Silicio de México, es uno de los dos centros de diseño, prueba y validación de Intel en el continente (el otro está en Santa Clara, el Silicon Valley original). En la capital de Jalisco, Intel emplea a más de 1.800 ingenieros, un salto de 700 desde 2020
“El sitio creció más de 50% en menos de tres años”, dice Cardona. “Con ello, como dijo Patrick Gelsinger, nuestro CEO, cuando vino a México: el GDC es uno de los sitios de más rápido crecimiento en el mundo de centros de ingeniería”.
Aunque América Latina, con México y Colombia en particular, son una gran fuente de talento de ingenieros y profesionales en STEM, Cardona considera que la formación y el calibre de los formados en esta rama no basta para que empresas como Intel y otras de la élite tecnológica cubran sus necesidades de investigacion y desarrollo, así como de manufactura inteligente.
Aunque Unesco refiere que 25,8% del total de graduados en México, y 23,9% en Colombia, provienen de áreas STEM, firmas como Intel, que requieren una labor de ingeniería intensa, ven como un riesgo la escasez en el pool para sus operaciones. Y es que, además de la falta de más ingenieros, se ha desatado una guerra de talento por factores como la relocalización de empresas (como parte del fenómeno nearshoring), en donde la mano de obra especializada es fundamental.
“Hemos tenido retos de talento (...) Durante la pandemia en particular, tuvimos retos de buscar talento especializado porque la operación de Intel en México es muy especializada”.
En el GDC, Intel hace pruebas y validación de microprocesadores que serán utilizados, una vez que se produzcan masivamente en las plantas de manufactura de la empresa, en las industrias de punta como las armadoras de autos, las telcos (en 5G, por ejemplo), en las empresas de inteligencia artificial o en los enormes centros de datos que dan soporte a la nube.
“Prácticamente la mitad de las personas que trabajan en Guadalajara tienen MBA o un doctorado (...) son ingenieros con posgrados, gente capacitada que no es fácil conseguir”.
Y es personal bien remunerado. Un sondeo informal en Glassdoor indica que los ingenieros en software o en validación de Intel en México perciben en promedio más de MX$482.200 (más de US$28.000) anuales, más prestaciones y diversos beneficios.
Estos ingenieros prueban los microprocesadores y validan los procesos que habrán de tomar en sus planes de desarrollo y manufactura la enorme industria de tecnología basada en Guadalajara, así como las empresas de otros sectores en boga en el país.
“Servimos a empresas como IBM, HP, Dell, pero también a más fabricantes de computadoras, a empresas que diseñan productos y componentes para vehículos, robots utilizados en manufactura inteligente...”
Cardona refiere que América Latina en general muestra avances en lo que denomina los Superpoderes Tecnológicos. Áreas como la computación ubicua, la conectividad, la inteligencia artificial, el cómputo en la nube.
Esta industria es una de las que más crecen en México.
De acuerdo con Arizton, una firma de investigación de mercado, al cierre de 2021 el mercado de infraestructura para la nube en México tenía un valor de US$632 millones. Para 2027, el salto sería a US$1.000 millones. Los detonantes serán la adopción de la nube por parte de empresas y gobierno, la implementación de tecnologías basadas en IA, los despliegues de 5G y, en general los procesos de transformación digital que Cardona menciona.
Acuerdos con la Secretaría de Economía
A raíz de la llamada CHIPS Act que emitió la administración de Joe Biden en Estados Unidos en agosto de 2022, mucho se habló de una oportunidad para México en participar en esta iniciativa en respuesta a la crisis en las cadenas de producción de los microprocesadores que detonaron eventos como la guerra de Rusia en Ucrania y el conflicto comercial que lleva varios años entre EE.UU. y China.
El peso de firmas como Intel en la industria global llevó a la Secretaría de Economía a firmar acuerdos para promover el talento y el despliegue de políticas para consolidar la participación de México en el engranaje tecnológico regional.
Cardona dice que hay tres avances significativos luego del arranque de las pláticas con el gobierno mexicano:
- Transferencia de conocimiento: para impulsar iniciativas en semiconductores para que México destaque en planes estratégicos regionales;
- Impulsar la formación de talento: Intel lanzó la versión local de AI for Youth en alianza con el Conalep (un sistema público de enseñanza tecnológica a nivel bachillerato). Se trata, dice Cardona, de un programa para preparar a “decenas de miles” de técnicos para generar soporte a tecnologías emergentes;
- Reforzar las cadenas de suministro: Cardona dice que tanto el gobierno como la industria avanzan en aprovechar las ventajas de México (geográficas, de base de manufactura inteligente instalada, y mano de obra calificada) para atraer inversiones y proyectos más sofisticados.
La idea con ello, dice el ejecutivo, es que México (así como Costa Rica, donde Intel tiene la única planta de manufactura en América Latina con 3.500 empleados) sea parte de las nuevas cadenas de suministro global, no basadas o dependientes de una sola región, para dar respuesta a eventuales crisis globales.