¿Por qué soñamos? El cerebro lo usa para resolver problemas creativamente

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Bloomberg Opinión — En nuestra sociedad competitiva, algunos consideran una medalla de honor dormir sólo cuatro o cinco horas por noche, o trasnochar para trabajar. Y olvídate de las siestas. Pero el sueño puede tener más beneficios que la simple agudeza mental y el estado de alerta durante las horas de vigilia. Dormir también trae sueños, y éstos, según nuevas investigaciones, pueden dar forma a ideas creativas que nos llegan como regalos de una musa.

Mientras duermes, tu cerebro no está inactivo. Sigue trabajando para ti, y ahora los científicos han descubierto formas de dirigir los sueños y sacarles más jugo creativo.

El psiquiatra Robert Stickgold, de la Facultad de Medicina de Harvard, lleva décadas estudiando los sueños. Mientras dormimos se crean y refuerzan asociaciones que pueden dar lugar a esas ideas que se nos ocurren y nos preguntamos de dónde vienen.

Thomas Edison, Mary Shelly y Paul McCartney contaron que sus ideas creativas surgieron de sus sueños. Salvador Dalí incluso escribió sobre su propia técnica de hackeo de sueños: dormía la siesta mientras sostenía una llave sobre un plato para que cayera y le despertara a tiempo de recordar sus sueños y hacer un uso artístico de ellos.

Dalí tenía razón. Hay una fase llamada N1, justo cuando te quedas dormido por primera vez, en la que es más probable que tus sueños se deriven de los pensamientos que tienes mientras te quedas dormido, y en la que una sugestión oportuna puede dirigir el curso de tus sueños. Basándose en el experimento de Dalí, pero utilizando un dispositivo que detecta la aparición del N1, Stickgold y un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts demostraron que podían inducir a la gente a soñar con un tema concreto y que hacerlo les ayudaba a ser más creativos, al menos temporalmente. Publicaron sus hallazgos el mes pasado en Scientific Reports.

Hasta hace pocos años, la investigación de los sueños no era una ciencia respetable, afirma Stickgold. Era casi imposible conseguir financiación. La principal fuente de datos eran los informes de las personas sobre sus propios sueños, que se consideraban demasiado subjetivos e idiosincrásicos para estudiarlos con rigor.

Pero hace poco más de 20 años, Stickgold tuvo una idea revolucionaria a raíz de un sueño. Había estado de excursión por un terreno rocoso. “Cuando me iba a la cama, me sentía literalmente en las rocas”, cuenta.

Pensó que esto podría tener algo que ver con el almacenamiento en su cerebro de lo que había aprendido en la montaña. Preguntó a sus alumnos cómo podrían estudiar este fenómeno en el laboratorio, y alguien sugirió el Tetris, un videojuego que consiste en hacer girar formas que caen. En un estudio publicado en 2000, él y sus colegas demostraron que algunos voluntarios que jugaban al juego tenían sueños visuales sobre las formas que caían, incluso varios sujetos que sufrían amnesia.

En su nuevo estudio, realizado con Adam Haar, Kathleen Esfahany y Thomas Vega, del MIT Media lab, el equipo quería ver cómo influyen los sueños en lo que se denomina creatividad divergente, es decir, la generación de nuevas ideas o el pensamiento fuera de lo común. En la otra forma, la creatividad convergente, la mente reúne diversas pistas para resolver un problema.

Los investigadores del MIT habían desarrollado un dispositivo, denominado Dormio, que se coloca en la mano de una persona y controla la conductividad de la piel, la tensión muscular, la temperatura y el pulso. En el momento justo, el dispositivo pedía a los sujetos que pensaran en árboles, y luego los despertaba cada pocos minutos y les pedía que relataran sus sueños, que registraba.

Alrededor del 70% de los sujetos a los que se les pedía que pensaran en árboles soñaron con árboles; algunos tuvieron hasta cinco sueños con árboles. Uno de ellos soñaba con ser mucho más grande que los árboles y “comérselos con los dedos”, mientras que otro soñaba con ser un “rey roble” con brazos y piernas de madera y hojas como corona. Los que tuvieron más sueños con árboles obtuvieron mejores resultados en las pruebas de creatividad, una reivindicación de Dalí y sus compañeros de sueños creativos.

Los resultados deberían recordarnos que la línea que separa la productividad del descanso es difusa, sobre todo en las tareas creativas. Es posible que, en nuestra sociedad obsesionada con la productividad, la gente siga escatimando horas de sueño e intente utilizar el pirateo onírico para seguir siendo productiva 24 horas al día, 7 días a la semana. Pero lo ideal es que estas nuevas revelaciones sobre los sueños y la creatividad nos lleven hacia un mayor equilibrio, dando al sueño e incluso a las siestas la respetabilidad que tanto necesitan.

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