Bloomberg — El lanzamiento de un satélite norcoreano que acabó en fracaso proporcionará un tesoro de información sobre el programa de cohetes del hermético Estado, ya que Corea del Sur rescata grandes secciones del fondo del mar.
Corea del Sur publicó el viernes fotos de una porción de 14,5 metros (15 yardas) del cohete norcoreano que fracasó en vuelo poco después del despegue el 31 de mayo. El ejército de Corea del Sur dijo que las dos piezas que recuperó en aguas de unos 70 metros de profundidad eran probablemente de la segunda etapa del cohete que no llegó a encenderse.
Corea del Norte afirmó que la segunda etapa contenía un motor nuevo y que su fallo pudo deberse al “carácter inestable del combustible utilizado”. Pero el descubrimiento de Corea del Sur probablemente dará pistas sobre la pericia del Estado en el diseño de motores y tal vez apunte a componentes que pueden haber llegado al régimen de Kim Jong Un a través de violaciones de las sanciones.
“Cualquiera que tenga acceso a esa pieza de cohete, y un buen conocimiento de los cohetes, debería ser capaz de deducir todos los datos técnicos, los datos de rendimiento y las capacidades de fabricación de los norcoreanos a partir de ese hardware, incluido el significado de la proliferación para todo su programa”, dijo Markus Schiller, un ingeniero aeroespacial que fundó en Alemania la consultora ST Analytics, especializada en tecnología espacial.
La operación de salvamento acabará siendo probablemente la más importante realizada por el mundo exterior en un cohete norcoreano.
Se sospecha que la primera etapa del cohete que Corea del Norte bautizó como “Chollima-1″, en referencia a un mitológico caballo alado, utilizaba motores de combustible líquido. El régimen también ha desplegado esos motores en sus misiles balísticos intercontinentales más potentes, diseñados para lanzar cabezas nucleares al territorio continental estadounidense.
La segunda y tercera etapas eran de menor diámetro y no se sabe con certeza cómo se habrían disparado para poner en órbita el primer satélite espía norcoreano.
Corea del Norte calificó el lanzamiento del satélite como uno de sus fracasos “más graves” de este año durante una reunión del Comité Central de su gobernante Partido de los Trabajadores y prometió poner pronto otro en órbita, según informaron el lunes los medios estatales.
El cruce de las piezas recuperadas mostradas por Corea del Sur y las imágenes del cohete facilitadas por Corea del Norte refuerzan los indicios de que se ha recuperado la segunda etapa, según Joseph Dempsey, investigador asociado de defensa y análisis militar del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
“El elemento más significativo que Corea del Sur podría extraer de esta sección es el motor”, dijo. “Si se recupera, podría indicar los orígenes del diseño, poniendo potencialmente de relieve nuevas violaciones de las sanciones”.
Bajo el mandato de Kim, Corea del Norte ha ido incrementando la tecnología y los componentes nacionales que entran en su más reciente arsenal de misiles. El país sigue necesitando el exterior para ciertos materiales y componentes, que tiene prohibido adquirir en virtud de las sanciones mundiales que lo castigan por su búsqueda de armas nucleares y misiles balísticos para transportar cabezas nucleares.