Bloomberg — Elon Musk fue el jueves al Palazzo Chighi en Roma para visitar a la primera ministra Giorgia Meloni. Mantuvo varias reuniones regadas de vino, abrazos y charlas triviales, pero evitó hacer promesas concretas o adelantar detalles sobre la ubicación de la próxima planta de Tesla Inc. (TSLA) en Europa.
Musk luego fue a París para reunirse con el presidente francés Emmanuel Macron, en lo que fue su segundo encuentro en poco más de un mes. Con miles de millones en potenciales inversores en juego, los líderes europeos están compitiendo para ganarse al hombre más rico del mundo. También hay informes sobre la posibilidad de emplazar una fábrica en España.
Si bien sus reuniones allí se han enfocado mayormente en Tesla, otra de sus compañías ha estado presente: Twitter, cuyos estándares de moderación, que se erosionan rápidamente, han puesto en peligro su futuro en el continente.
Esta ofensiva de seducción también se produce cuando la única fábrica de Musk en el continente, a las afueras de Berlín, ha estado creciendo más despacio de lo previsto debido a la oposición de grupos ecologistas y a la abundante burocracia alemana. Estas complicaciones han llevado a algunos a especular con la posibilidad de que Musk esté buscando un emplazamiento más favorable para su próxima planta local. Aunque es poco probable que necesite una para las líneas de productos actuales de Tesla, la empresa está trabajando en una nueva generación de vehículos eléctricos de bajo costo.
Las reuniones de alto nivel de Musk no siempre han ido bien. En Italia, entre conversaciones sobre inteligencia artificial y el sector automovilístico, el padre de 10 hijos expresó a Meloni su preocupación por la baja tasa de natalidad del país. En Francia, las conversaciones sobre una posible fábrica de baterías se han visto ensombrecidas por la polémica sobre Twitter. Hace apenas tres semanas, el ministro de Asuntos Digitales de Macron advirtió de que si el gigante de las redes sociales no cumplía las nuevas normas de moderación de contenidos de la UE antes de finales de agosto, se arriesgaría a multas y, en última instancia, a una posible prohibición de la UE.
Todo esto ocurre en un momento en que los dirigentes europeos están especialmente ansiosos por atraer inversiones. Los incentivos a las tecnologías limpias de la histórica ley del clima del Presidente Joe Biden, la Inflation Reduction Act, alimentan la preocupación de que Europa se quede rezagada en la carrera por atraer la producción de componentes para vehículos eléctricos.
Italia ha tenido dificultades para conseguir el compromiso de grandes inversores tecnológicos estadounidenses, y ha mantenido conversaciones preliminares con empresas de Taiwán para impulsar sus capacidades en chips. Las conversaciones con Intel bajo el mandato del ex primer ministro Mario Draghi no fructificaron en un acuerdo, y es probable que el enfoque “Made in Italy” presentado recientemente por Meloni suscite dudas sobre por qué una empresa estadounidense debería canalizar inversiones a un país centrado en dar prioridad a las empresas nacionales.
Macron, por su parte, ha intentado atraer a empresas como Twitter promocionando París como centro tecnológico. Aunque en el pasado ha criticado a Musk por no proteger a los niños en Twitter, ambos tienen otros asuntos que tratar: Tesla se ha comprometido a comprar níquel de una planta estatal en Nueva Caledonia, un territorio francés del Pacífico Sur, y SpaceX tiene un acuerdo para lanzar satélites para el operador parisino Eutelsat SA.
Más que nada, el Gobierno de Macron ha dicho que quiere atraer a Musk para que construya una fábrica de coches eléctricos en Francia. El presidente francés está tratando de convertir el norte de Francia, anteriormente un bastión industrial, en un centro de fabricación de vehículos eléctricos y baterías.
Aunque Musk no ha visitado España en misión oficial, el año pasado fue invitado por el presidente socialista Pedro Sánchez tras pedir al Gobierno español -a través de un tuit- que aumentara su inversión en energía solar. Los medios de comunicación locales informaron a principios de este mes de que Tesla está en conversaciones para construir una planta de baterías en la región costera de Valencia. Ni el Gobierno ni la empresa lo han confirmado ni desmentido.
España quiere ampliar su capacidad de producción de baterías y vehículos eléctricos para compensar la caída prevista de los coches de combustión. VW ha anunciado planes para construir un centro de producción de coches eléctricos de 7.700 millones de dólares en Valencia.
Tras reunirse con Macron el mes pasado y decir que había quedado “impresionado” por el líder, Musk prometió invertir pronto en el país. Pero el viernes, tras reunirse de nuevo con Macron y ser entrevistado en el escenario de un evento tecnológico en París en el que soltó una risita y habló sobre el sentido de la vida, Musk se abstuvo de anunciar nada concreto.
Preguntado por la presión de los reguladores para moderar los contenidos en Twitter, Musk se mostró resignado e indiferente. “Hay muchos reguladores. Claro”, dijo con desdén. Más tarde repitió que Twitter ha mejorado drásticamente la moderación de contenidos que explotan a los niños, contradiciendo investigaciones académicas que describen el retroceso de la empresa. No se habló de construir una fábrica en Francia, una posibilidad que él y Macron habían discutido. El escrutinio será intenso cuando Musk hable en la televisión francesa el lunes por la noche, según informa Le Parisien.
Musk no ha tenido muchos problemas para entrevistarse con líderes mundiales, ya sea en persona o virtualmente. En los últimos seis meses, se ha reunido con el primer ministro de Mongolia, varios funcionarios del gobierno central de China y los presidentes de Corea del Sur, México y Turquía. El presidente indonesio, Joko Widodo, ha intentado abiertamente cortejar a Musk durante el último año y convencerle de que fabrique tanto coches como baterías en el país.
Pero hablar de más plantas de Tesla es un poco contradictorio, teniendo en cuenta la importante capacidad de fabricación de automóviles que la empresa ya ha añadido recientemente. Ahora es capaz de fabricar más de 2 millones de vehículos al año, aproximadamente el doble de lo que era capaz hace poco más de un año.
Tesla ha estado luchando para aumentar las ventas de vehículos con la misma rapidez, con la producción superando a las entregas en cada uno de los últimos cuatro trimestres. Aunque las entregas del Model Y han seguido aumentando, los demás modelos de la empresa han tenido un rendimiento inferior. Las ventas del primer trimestre del Model 3 en Europa cayeron un 40% respecto al año anterior, según el investigador Jato Dynamics.
Este desajuste entre la oferta y la demanda es la razón por la que Musk redujo drásticamente los precios de los vehículos eléctricos en Estados Unidos, China y Europa a principios de este año. La empresa también planea recortar turnos y despedir a trabajadores temporales en su fábrica alemana, según informó Business Insider esta semana.
En una señal de que Tesla tiene más problemas de inventario que resolver, el fabricante de automóviles acaba de empezar a ofrecer tres meses de carga rápida gratuita en los EE.UU. para despejar los sedanes Modelo 3 de sus lotes antes del final del trimestre.
La idea de que Tesla se plantee construir una planta de baterías también es algo sorprendente, dados los problemas que ha tenido para fabricar sus propias celdas y su decisión a principios de este año de posponer indefinidamente su producción en Alemania.
En septiembre de 2020, Musk organizó un evento para promocionar los planes de Tesla de fabricar baterías más gruesas y voluminosas para complementar las que obtiene de fabricantes como Panasonic Corp. Pero en relación con lo que Musk predijo, la producción real de su empresa ha quedado muy por detrás de lo previsto.
“Es un camino muy difícil”, dijo Musk durante la reunión anual de Tesla el mes pasado, olvidándose en última instancia de responder a una pregunta sobre cuándo la empresa será capaz de lograr lo que prometió hace casi tres años.
--Con la colaboración de Rodrigo Orihuela, Stefan Nicola y Ed Ludlow.
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