Caracas — La caída del incipiente repunte económico que registró Venezuela el año pasado ha marcado consecuencias en la actividad comercial que evaluaba con grandes expectativas el 2023. Los restaurantes y hoteles fueron los sectores que más padecieron este retroceso, de acuerdo al último informe del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio).
Las ventas de ambos sectores cayeron un 68% durante los primeros cinco meses de este año, en comparación con el mismo período del 2022, dijo Tiziana Polesel, presidenta de la organización empresarial venezolana, en declaraciones a la prensa el pasado miércoles.
Estos, sin embargo, no fueron los únicos sectores que experimentaron la caída por la desaceleración de la actividad económica. La cifra para licores se ubicó en -57%, servicios en -55%, prendas de vestimenta en -48%, repuestos automotrices en -38% y comercio electrónico en -32%.
El frenazo económico que impacta así en el consumo también evidenció cómo la capital venezolana ha concentrado el mayor porcentaje de las ventas, registrando apenas una caída del 21% frente a ciudades como Maracaibo, Zulia o San Cristóbal, Táchira con una pérdida del consumo de 34%, o Anzoátegui, Monagas, Sucre y Nueva Esparta, con una caída de 44%.
Luego de que el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano creciera un 15% en 2022, según cifras oficiales, la economía registró una desaceleración en su actividad comercial que ha mostrado un significativo impacto en el universo de emprendedores, entre la sobreoferta de un servicio y la canibalización entre ellos.
“La mayoría de los comercios trabaja ahora en revisar sus gastos y ver en qué puede reducir. Hay otros comercios que se concentran en las líneas de productos más exitosas”, comentó Polesel, a propósito de estrategias comerciales que priorizan descuentos y promociones.
Se estima que durante el segundo semestre se podría producir una recuperación económica, sin embargo, desde Consecomercio se plantea ser prudentes con las inversiones.