BCE vuelve a subir tasas, dice que inflación sigue demasiado elevada

La entidad elevó su tasa de depósito a 3,5%, la cifra más alta en 20 años y en línea con lo esperado por analistas

Imagen del Banco Centrl Europeo
Por Alexander Weber - Jana Randow
15 de junio, 2023 | 08:39 AM

Bloomberg — El Banco Central Europeo (BCE) volvió a subir sus tasas de interés en 25 puntos básicos e indicó que su endurecimiento sin precedentes no ha terminado.

El BCE elevó su tasa de depósito a 3,5%, la cifra más alta en 20 años y en línea con lo esperado por analistas.

“Las decisiones futuras garantizarán que las tasas de interés oficiales del BCE se sitúen en niveles suficientemente restrictivos para lograr un retorno oportuno de la inflación al objetivo a medio plazo del 2% y se mantengan en esos niveles durante el tiempo que sea necesario”, afirmó el jueves el Consejo de Gobierno en un comunicado.

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El descenso de la inflación deja la puerta abierta a que el BCE haga una pausa después de julio, como anticipan los analistas.

Las autoridades también confirmaron que detendrán las reinversiones en el marco de su Programa de Adquisición de Activos por valor de 3,2 billones de euros (US$3,5 billones) a partir del próximo mes, otra medida de endurecimiento que se señaló en la reunión de política monetaria de mayo.

Las decisiones se basaron en nuevas proyecciones trimestrales que sugieren que la inflación se moderará más lentamente de lo previsto, hasta el 2,2% en 2025. Esta cifra sigue estando por encima del objetivo, pero es inferior a los niveles actuales, que triplican el objetivo. El crecimiento económico de la zona euro, integrada por 20 países, se considera algo más débil tras los recientes datos que revelan que el bloque experimentó una leve recesión invernal.

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Los bancos centrales de las economías avanzadas se acercan a la fase final de su ofensiva contra el shock inflacionario mundial. Sin embargo, quieren asegurarse de que los precios han sido controlados. El miércoles, la Reserva Federal hizo una pausa en su política monetaria. Australia y Canadá han reanudado inesperadamente las subidas.

En apoyo de la idea de que la subida del jueves podría ser la penúltima del BCE, las últimas lecturas de la inflación mostraron que tanto el índice general como el subyacente se situaron por debajo de las estimaciones de los analistas, mientras que las expectativas de los consumidores también retrocedieron significativamente.

Sin embargo, el aumento de los precios subyacentes, que excluye alimentos y energía, podría aumentar durante el verano. Lagarde ha dicho que “no hay pruebas claras” de que la medida, que se ha convertido en el foco clave de los funcionarios, haya alcanzado su punto máximo.

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Preocupados por que el aumento de los salarios ejerza una presión alcista más duradera sobre los precios, algunos de sus colegas han subrayado la necesidad de un mayor endurecimiento. El Presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha dicho que es posible que no se alcance la llamada tasa terminal en verano, lo que implica un máximo del 4% o superior a pesar de los recientes problemas económicos de Alemania.

Su homólogo francés, Francois Villeroy de Galhau, se ha mostrado más cauto, afirmando que las medidas restantes del BCE serán “relativamente marginales”.

Una de las principales incertidumbres es cómo está afrontando la economía el endurecimiento más contundente de la historia del BCE: 400 puntos básicos hasta la fecha. Aunque las condiciones crediticias de los bancos se han endurecido claramente, es menos evidente cómo se está filtrando esto a las empresas y los hogares.

El mercado de renta fija ya muestra signos de inquietud. El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años es unos 60 puntos básicos inferior al de los bonos a dos años, una anomalía que sugiere que algunos inversores consideran que las tasas acabarán bajando para suavizar el golpe de las dificultades económicas.

La reanudación de las turbulencias en el sector financiero también sigue siendo un riesgo. A finales de junio, los prestamistas devolverán 477.000 millones de euros en préstamos a largo plazo que el BCE repartió durante la pandemia para ayudar a mantener la fluidez del crédito. Aunque la liquidez global sigue siendo abundante, los analistas han advertido de que los bancos individuales pueden sufrir presiones cuando venza la financiación a bajo costo.

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