Bloomberg — Tras más de dos meses de incertidumbre en el sector, UBS Group AG (UBS) ha completado finalmente la adquisición de su antiguo rival Credit Suisse Group AG, sellando la mayor fusión en el sector bancario desde la crisis financiera de 2008 y creando un titán mundial en la gestión de patrimonios.
El banco suizo anunció el cierre de la operación en una carta abierta publicada el lunes en periódicos locales e internacionales. La adquisición de Credit Suisse pone fin a una era de 167 años de existencia del prestamista independiente.
El resultado se produce después de que UBS se asegurara una garantía de 9.000 millones de francos suizos (US$10.000 millones) del Gobierno suizo contra posibles pérdidas en los activos de Credit Suisse. El acuerdo supone para UBS una ganancia inesperada de decenas de miles de millones de dólares y da comienzo a un complejo periodo de integración que se espera implique la supresión de miles de puestos de trabajo.
UBS acordó hacerse con el control de Credit Suisse en marzo, en una venta de emergencia financiada por el Gobierno, después de que una crisis de confianza y una avalancha de bajas de clientes lo situaran al borde de la quiebra. Al frente del banco combinado, el Consejero Delegado de UBS, Sergio Ermotti, se enfrenta ahora a la tarea de fusionar dos empresas con importantes solapamientos y decidir qué actividades se enajenarán.
El viernes se firmó un acuerdo por el que el Gobierno se comprometía a cubrir las pérdidas de una cartera específica de activos de Credit Suisse, correspondiente a alrededor del 3% de los activos combinados de los bancos fusionados, tras una cantidad inicial de 5.000 millones de francos suizos a cargo del banco. Aunque Ermotti dijo que es “excepcionalmente improbable” que se necesite la garantía, asegurar el respaldo estatal ayuda a UBS a mantener la confianza del mercado mientras atraviesa la transición.
El respaldo del Gobierno suizo era necesario porque UBS tuvo poco tiempo para realizar la due dilligence y Credit Suisse tiene activos difíciles de valorar en sus libros que UBS planea liquidar. UBS tendrá ahora pleno acceso al negocio de Credit Suisse, incluidos clientes y exposiciones a préstamos, lo que le permitirá tomar decisiones sobre qué más planea colocar en la unidad de liquidación.
Los reguladores aún están determinando los ajustes que la entidad combinada tendrá que hacer a los requisitos de liquidez y capital y a las medidas de activos ponderados por riesgo.
UBS dijo que planea reducir el riesgo en el banco de inversión y tomar el control del negocio que los empleados de Credit Suisse hacen con los clientes. En concreto, UBS podría imponer su propia tolerancia al riesgo, mucho más estricta, y restricciones para determinados tipos de préstamos y clientes en jurisdicciones complicadas.
Ermotti dijo que, debido a las diferencias en el apetito por el riesgo, UBS podría no aceptar a todos los clientes de Credit Suisse. El presidente Colm Kelleher también dijo que los empleados pasarán por un “filtro cultural” para asegurarse de que encajan en UBS.
“Nunca comprometeremos la sólida cultura de UBS, su enfoque conservador del riesgo o la calidad del servicio”, afirma el banco en la carta abierta, firmada por Kelleher y Ermotti. “Muchos cuentan con nosotros para que esta adquisición funcione”.
UBS también tiene que tomar una decisión sobre el futuro del negocio doméstico suizo que adquirió de Credit Suisse, una parte del prestamista que ha sido consistentemente rentable en medio de la agitación en otros lugares y ha desempeñado un papel destacado en la financiación de las empresas y los hogares suizos.
En un principio, UBS tenía previsto integrar plenamente la unidad local, pero más tarde dio marcha atrás y Ermotti afirmó que todas las opciones estaban sobre la mesa, incluida la venta o la escisión. UBS dijo que tomaría una decisión en el tercer trimestre de este año.
UBS dijo también que planea tener planes de integración detallados para cada una de las unidades de negocio, así como un plan definido para las actividades específicas que se terminarán en una unidad no esencial para el cuarto trimestre.
El final de Credit Suisse se selló en marzo tras años de pérdidas y fracasos de gestión, desde un escándalo de espionaje bajo el mandato del ex consejero delegado Tidjane Thiam hasta el golpe multimillonario que supuso la quiebra de Archegos Capital Management en 2021. Dos intentos sucesivos de reconducir el prestamista acabaron en nada cuando los clientes aceleraron la retirada de sus fondos a finales de 2022 y de nuevo a principios de este año tras la quiebra de Silicon Valley Bank.
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