Bloomberg — El apoyo del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, acaparó la atención de la cumbre de presidentes sudamericanos del martes, en la que Lula buscaba promover la integración económica de la región.
En lo que fue la primera visita de Maduro a Brasil desde 2015, Lula dijo que se había creado “una narrativa antidemocrática y de autoritarismo” para atacarlo.
Las declaraciones catalizaron rechazos públicos de los presidentes de Chile y Uruguay, Gabriel Boric y Luis Lacalle Pou, y pusieron a Lula a la defensiva e una conferencia de prensa al final de la cumbre.
A puertas cerradas, los comentarios desviaron la atención de la reunión hacia los derechos humanos y relegaron a un segundo plano la integración económica y otras cuestiones que Lula pretendía priorizar, según dos personas familiarizadas con las discusiones que solicitaron el anonimato para hablar de ellas.
Como resultado, la reunión apenas avanzó en cuestiones de fondo, según estas personas.
“Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que haya democracia plena en Venezuela, que se respeten los derechos humanos y no haya presos políticos, lo peor que podríamos hacer es esconder la cabeza en la arena”, dijo Lacalle Pou a los periodistas.
La cumbre reunió en Brasilia a 11 presidentes sudamericanos y al jefe del consejo de ministros de Perú, en el mayor encuentro de líderes del continente desde el colapso de la unión izquierdista de países sudamericanos conocida como Unasur hace casi una década.
Lula convocó al grupo para buscar puntos en común en áreas como salud, infraestructura y medio ambiente, dijo el gobierno brasileño antes de su inicio.
“Estamos dando los primeros pasos para retomar el diálogo en la región”, dijo Lula al inicio del evento. “El contexto al que nos enfrentamos hoy es aún más desafiante que en el pasado”.
La letanía de problemas internos que asolan la región, incluidas las turbulencias políticas generalizadas y la atonía de las economías, amenazaba con dejar los planes de mejora de las relaciones en punto muerto. Las profundas diferencias ideológicas entre los líderes del continente plantearon otro desafío, aunque Lula insistió durante su discurso de apertura en que la región podría superarlas.
Revivir la Unasur
Durante las discusiones a puertas cerradas, Lula también abogó por la creación de un organismo que sustituya a Unasur, dijeron las personas.
La unión fue lanzada por primera vez en 2008 por el predecesor de Maduro, Hugo Chávez, con el objetivo de unir a los líderes de izquierda que llegaron al poder durante la llamada Marea Rosa. En su discurso de clausura, Lula dijo que no pretendía reconstruir el bloque tal como era, sino que quería construir un nuevo camino con los actuales líderes de la región.
La percepción de que la cumbre pretendía crear una nueva versión de Unasur, sin embargo, enturbió aún más las discusiones, dijo otra persona con conocimiento de las conversaciones, especialmente cuando los líderes trataban de formular una declaración consensuada al respecto.
El documento oficial resultante de las conversaciones, conocido como el Consenso de Brasilia, no menciona a Unasur entre sus nueve vagos puntos de acuerdo. Una versión previa de la declaración compartida entre los participantes mencionaba la contribución pasada de Unasur en la región.
Maduro evitó responder a las críticas de sus colegas durante las reuniones y pidió volver a los foros internacionales y retomar las relaciones con todas las naciones de la región, según dos asistentes.
“Siempre habrá diferencias”, dijo Maduro tras la cumbre. “Pero lo más importante es que hubo un debate, un diálogo con mucha tolerancia, con mucha franqueza, y se aprobó una declaración propuesta por el presidente Lula abordando los temas prioritarios de una nueva etapa”.
Chile y Uruguay se encuentran entre las naciones que han restablecido relaciones con Venezuela, y Boric pidió el martes a Estados Unidos y Europa que levanten las sanciones que, según él, perjudican a la población del país. Pero sus líderes han mantenido las críticas al historial de derechos humanos de Maduro.
Durante su discurso de clausura, Lula dijo que Boric y Lacalle Pou eran libres de criticar sus posiciones. Pero también reiteró que Venezuela había sido blanco de una “narrativa que vende una mentira.”
“En política, cuando se quiere destruir a un enemigo, se construye una narrativa negativa”, dijo.
--Con la colaboración de María Eloísa Capurro.
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