Bloomberg — Los brasileños tienen dificultades para pagar sus deudas a tiempo, y cuatro de cada diez adultos se enfrentan a la morosidad, mientras los bancos centrales mantienen una política monetaria restrictiva en un esfuerzo por devolver la inflación a su objetivo.
Las deudas vencidas crecieron un 18,42% en abril con respecto al año anterior, según datos de la confederación nacional de comerciantes recogidos por el sitio de noticias Poder360. El número de brasileños en situación de impago también creció en torno al 8%, la mayoría de ellos con deudas con bancos locales, según la confederación.
La deuda de los hogares brasileños lleva meses en máximos históricos, según datos del Banco Central. Los responsables de la política monetaria, encabezados por Roberto Campos Neto, han mantenido el tipo Selic de referencia en el 13,75%, tras una docena de rápidas subidas, en un intento de aliviar las presiones sobre los precios. Nueve meses después de iniciada la estrategia, la inflación general se redujo a alrededor del 4% a mediados de mayo, desde el máximo del 12% alcanzado el año pasado.
El endeudamiento también crece entre las personas mayores. La morosidad entre los brasileños mayores de 60 años creció casi un 35% en abril respecto al mismo periodo de 2019, según datos de la firma de análisis de datos corporativos Serasa Experian publicados por el diario Estado de Sao Paulo. En comparación, las deudas vencidas entre los brasileños de todas las edades crecieron alrededor del 13% en promedio.
Los elevados costes de los préstamos también están perjudicando a las empresas, que tienen dificultades para financiarlos en un contexto de aumento de las quiebras empresariales. Han aparecido señales de restricción del crédito, con el encarecimiento de los mercados de deuda locales y la caída de las nuevas emisiones, tanto en los mercados de capitales nacionales como internacionales.
Los operadores apuestan cada vez más por un ciclo de flexibilización a partir de agosto, después de que el presidente del banco central, Campos Neto, afirmara que hay “señales positivas” en las perspectivas de inflación. La actividad mundial se está enfriando, con la caída de los precios de las materias primas y la energía, dijo. Además, las medidas básicas, que excluyen los precios de la energía y los alimentos, “fueron mejores” de lo esperado a mediados de mayo.
Aun así, los analistas prevén que los precios al consumo vuelvan a subir en diciembre y se sitúen por encima del objetivo del 3% fijado por la autoridad monetaria hasta 2025. La mayoría apuesta a que el tipo de referencia no caerá por debajo del 10% hasta 2025.
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