Bloomberg — Los negociadores de la Casa Blanca y los republicanos alcanzaron un acuerdo provisional para elevar el techo de la deuda estadounidense y evitar un impago que amenazaba con hacer temblar la economía mundial, según personas familiarizadas con el asunto.
El presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy deben ahora conducir el acuerdo marco, negociado en prolongadas conversaciones, hasta su aprobación legislativa final, a pesar de las objeciones de los legisladores de línea dura de ambos partidos. Hay poco margen de error, ya que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha advertido de que la prórroga debe concluirse antes del 5 de junio para evitar un impago histórico que dispararía los costes de endeudamiento.
El acuerdo incluye un aumento del límite de deuda de dos años y un acuerdo de créditos de dos años que mantiene el gasto no relacionado con la defensa más o menos en los niveles actuales, dijo una persona familiarizada con el acuerdo, que habló bajo condición de anonimato.
Los economistas advirtieron de que incluso un breve impago podría provocar drásticas caídas del mercado y la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo. El 24 de mayo, Fitch Ratings puso en vigilancia la calificación crediticia AAA de EE.UU., en una medida que reflejaba la creciente preocupación de que el país estuviera al borde del abismo.
Aunque las tensas negociaciones han puesto en vilo al país, el acuerdo podría reforzar políticamente tanto a Biden como a McCarthy, suponiendo que obtenga suficiente apoyo en el Capitolio.
En el caso de McCarthy, el escepticismo sobre su capacidad para negociar un acuerdo, dada su escasa ventaja en la Cámara de Representantes, ha afectado al cargo de portavoz que ganó en una segunda vuelta por 15 votos a principios de año. McCarthy concertó una llamada con sus compañeros republicanos de la Cámara de Representantes a las 21.30 horas en Washington.
El compromiso, sin embargo, también podría provocar un intento por parte de un puñado de legisladores conservadores de convocar una votación para destituirle.
El presidente, al mismo tiempo, elude la mayor amenaza para la recuperación económica post-pandémica en su intento de lograr un segundo mandato. Sin embargo, para satisfacer algunas de las exigencias del Partido Republicano, también corre el riesgo de alienar a los progresistas que necesita para impulsar su campaña de reelección.
La directora de Presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, el asesor principal Steve Ricchetti y la directora de Asuntos Legislativos, Louisa Terrell, elaboraron el acuerdo con los representantes Garret Graves, republicano de Luisiana, Patrick McHenry, republicano de Carolina del Norte, y el jefe de gabinete de McCarthy, Dan Meyer.
-Con la ayuda de Erik Wasson, Laura Litvan y Justin Sink.