¿Cómo mitigar la variabilidad climática que sufre Centroamérica?

Tres investigadores plantean ejes en los que se debe reforzar la política climática para lograr una gestión efectiva de los recursos naturales en la segunda región más biodiversa del continente

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Bloomberg Línea — Centroamérica es la segunda región más biodiversa de toda América después de la Amazonia, pero hoy se enfrenta a importantes impactos del cambio climático y vulnerabilidades medioambientales.

La investigación “Biodiversidad y retos de política ambiental en Centroamérica hacia la gobernanza de los recursos naturales”, a cargo de los biólogos Jonathan A. Morales-Marroquín y Maria I. Zucchi, y el agrónomo José Baldin Pinheiro, plantea por qué la democracia y la ciencia son elementos centrales que van de la mano y que necesitan ser nutridos en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Este estudio, publicado en el STI FORUM 2023 de Naciones Unidas, expone que en las últimas décadas, la región y sus habitantes se han visto muy afectados por tormentas tropicales, huracanes y otros fenómenos, y esto puede atribuirse, en parte, a leyes inadecuadas que abordan temas como la planificación territorial, las industrias extractivas, la agricultura intensiva, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de infraestructuras.

Los autores dicen que al comparar la gobernanza de los recursos naturales, la eficiencia de la política climática y la producción científica, se observa una brecha notable entre el deficiente sistema gubernamental de los países.

Costa Rica y Panamá “presentan diferentes niveles de madurez institucional y éxito político”, pero en los países del norte de la región hay una necesidad apremiante de contar con instituciones robustas y autónomas.

Para abordar esta problemática, los investigadores plantean ocho ejes en los que se debe reforzar la política climática para lograr una gestión efectiva de los recursos naturales.

1. Minería y gestión energética

Los autores dicen que merece atención las políticas mineras a cielo abierto en Guatemala, Nicaragua y Panamá. Los ingresos globales generados por el proceso minero también deberían ser objeto de escrutinio, por ejemplo, sólo el 5% de los beneficios son retenidos por Guatemala.

2. Agroindustria y gestión forestal

Costa Rica ha mostrado áreas en las que se están realizando esfuerzos para atajar la deforestación: políticas públicas nacionales, mecanismos financieros en el marco del Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD+) e iniciativas de cadenas de suministro sostenibles. La mejora de la gobernanza puede conducir a una reducción de la deforestación tropical.

Sin embargo, no existe un solo enfoque para resolver este problema, y los gobiernos deben tener en cuenta factores como las causas de la deforestación, su propia determinación política y sus capacidades institucionales antes de aplicar métodos exitosos de otros países.

3. Gestión y gobernanza del agua y de las cuencas

El riesgo de escasez de agua se ve significativamente amplificado por los efectos del cambio climático. Varias regiones del corredor seco centroamericano (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) ya están experimentando un aumento de la aridez, graves sequías y los consiguientes impactos en la agricultura, así como migraciones forzadas. La región seca posee la mayor prevalencia de subnutrición del continente.

4. Gestión de los recursos genéticos y paradigma de conservación

La gobernanza de la biodiversidad mundial ha pasado de un paradigma centrado en la conservación a uno de uso sostenible, lo que se percibe principalmente en Costa Rica. Este enfoque reconoce el valor instrumental de la naturaleza para facilitar la gestión sostenible de los recursos humanos y promover el bienestar. Es necesario comprender cómo las comunidades y el sector privado incorporan la biodiversidad a sus actividades económicas.

5. Gestión de la tierra

Los investigadores exponen que es necesario facilitar el acceso de los pequeños propietarios a la tierra utilizando mecanismos asistidos por el mercado, regularizando la tenencia de la tierra, modernizando los registros de la propiedad y el catastro y mejorando las capacidades municipales.

6. Integración del territorio indígena y los conocimientos locales

Los esfuerzos por preservar las tierras ancestrales mediante políticas de conservación deben dar prioridad al apoyo local y ajustarse a los sistemas de gobernanza y las capacidades de los pueblos indígenas. Esto subraya la importancia de adoptar enfoques “ascendentes” a la hora de diseñar políticas e inversiones medioambientales.

7. Financiación de la investigación y seguimiento de la movilidad científica

Honduras y Guatemala tienen el menor número de investigadores por millón de habitantes, lo que se ve agravado por el hecho de que las instituciones de estos países sólo reciben un pequeño porcentaje del PIB nacional destinado a investigación y desarrollo. Es necesario aumentar la inversión en ciencia por parte de las distintas partes interesadas para desarrollar políticas medioambientales congruentes.

8. De la salud pública a una sola salud

Para mitigar el riesgo de enfermedades tropicales, es esencial invertir en instalaciones de salud pública bien equipadas que deben distribuirse de forma equitativa, sobre todo en regiones con un bajo nivel socioeconómico.