Bloomberg — Rusia afirmó haber derrotado este martes a un grupo insurgente que cruzó la frontera desde Ucrania, en lo que han sido los combates más graves en su territorio desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
Las tropas, apoyadas por la artillería y los ataques aéreos, expulsaron a una “formación nacionalista ucraniana” de la región rusa de Belgorod, matando a 70 combatientes y destruyendo cuatro vehículos blindados y cinco camionetas, informó el martes en un comunicado el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.
La legión “Libertad de Rusia”, uno de los grupos que afirmó estar implicado en el ataque, dijo en un mensaje en su canal de Telegram que continuaba sus operaciones. Bloomberg no pudo verificar de forma independiente ninguna de las declaraciones.
Ucrania ha negado su implicación en la incursión que comenzó el lunes, diciendo que fue llevada a cabo por milicianos voluntarios rusos opuestos al gobierno de Vladimir Putin. “Se trata de patriotas rusos, según tenemos entendido”, declaró el martes el viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, en declaraciones televisadas.
El gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, dijo anteriormente que 12 personas resultaron heridas en el ataque “sin precedentes” contra las ciudades fronterizas de la región, que incluyó fuego de artillería y mortero, así como explosivos lanzados desde aviones no tripulados. Los residentes evacuados de la zona aún no pueden regresar a sus hogares, dijo en su canal de Telegram.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró el martes a la prensa que el incidente es “motivo de profunda preocupación”, según informó el servicio estatal de noticias Tass. Putin puede discutirlo en su reunión ordinaria del Consejo de Seguridad el viernes, aunque no hay planes para celebrar una sesión de emergencia sobre el ataque, dijo.
Los edificios residenciales y administrativos, así como la infraestructura local, resultaron dañados por el fuego de mortero y artillería, dijo el Comité de Investigación de Rusia en un comunicado.
La incursión es el segundo ataque transfronterizo en Rusia en dos meses, después de que en marzo las autoridades acusaran a Ucrania de una operación de sabotaje en un pueblo de la región de Briansk en la que murieron dos civiles y resultó herido un niño de 10 años. Kiev negó la acusación, calificándola de intento de Rusia de aumentar el apoyo público a la invasión de Ucrania por Putin.
También se produce después de que Rusia evitara a principios de mes un ataque con dos aviones no tripulados contra el Kremlin, del que culpó a Ucrania sin aportar pruebas. El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, negó que su gobierno estuviera implicado.
“Rusia se enfrenta a una amenaza de seguridad multidominio cada vez más grave en sus regiones fronterizas, con pérdidas de aviones de combate, ataques con artefactos explosivos improvisados en líneas ferroviarias y ahora acciones partidistas directas”, dijo el Ministerio de Defensa británico en Twitter.
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