Bloomberg — El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, se refirió a la actividad militar en curso en algunas partes de Ucrania, pero se abstuvo de confirmar si la contraofensiva prevista por Kiev contra Rusia había comenzado. Sullivan subrayó que estas operaciones militares no se asemejaban a un desembarco en una playa a gran escala como el Día D, sino que se caracterizaban por su dinamismo, tácticas estratificadas y estrategias multifacéticas.
En cuanto al inicio de la acción militar, Sullivan sugirió que era subjetivo y dependía de las perspectivas individuales, dejando a Ucrania la tarea de definir sus propias acciones al respecto. La expectativa en torno a los esfuerzos de Ucrania por recuperar su territorio ha crecido, especialmente tras la petición de armamento adicional realizada por el Presidente Volodymyr Zelenskiy tras su gira por las capitales europeas. Aunque se espera que la campaña comience a finales de la primavera o principios del verano, es probable que el calendario y el enfoque exactos no se revelen para mantener una ventaja estratégica.
Teniendo en cuenta el secretismo que rodea a la estrategia ucraniana, es posible que el comienzo oficial de la contraofensiva no sea evidente. En caso de que encuentre obstáculos, los funcionarios occidentales reconocen en privado que podría aumentar la presión sobre el Presidente Zelenskiy para que entable negociaciones con Rusia a pesar de su reticencia inicial a hacerlo.
Es probable que Zelenskiy reciba más ayuda y apoyo financiero del extranjero si sus tropas consiguen recuperar el territorio del que se apoderó Rusia al comienzo de su invasión hace más de un año.
En los últimos días, Zelenskiy ha visitado a sus aliados en Europa para pedirles más potencia de fuego, incluidos aviones de combate F-16 que Estados Unidos se ha negado a proporcionarle hasta ahora.
Sullivan dijo que no tenía información actualizada sobre la cuestión de los aviones de combate, pero que esperaba que los líderes del G-7 abordaran el tema.
También se espera que Estados Unidos y sus aliados anuncien un plan para perseguir a las personas y empresas que eludan las sanciones impuestas a Rusia desde el inicio de la invasión.
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