Bloomberg — Bajo la sombra de los crecientes riesgos para la economía mundial, los responsables de las finanzas de los países más ricos del mundo presentaron un frente unido para respaldar a Ucrania, un plan para diversificar las cadenas de suministro y la promesa de reducir las brechas de la regulación financiera.
La facilidad con la que el G-7 acordó una declaración tras tres días de conversaciones en Niigata (Japón) contrasta claramente con la discordia observada en la reunión de ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los 20 celebrada en Bengaluru (India) menos de tres meses antes, que concluyó sin el habitual comunicado.
La diferencia: ni China ni Rusia. Aunque la condena de la “guerra de agresión de Rusia” contra Ucrania ocupó un lugar destacado en la declaración de 14 páginas, China no fue mencionada directamente. Sin embargo, hubo planes apenas velados para contrarrestar su dominio de las cadenas de suministro mundiales y su creciente influencia sobre el Sur Global.
He aquí un resumen de los resultados de tres días de conversaciones:
Ayuda a Ucrania
La ayuda a Ucrania hasta principios de 2024 se elevó a US$44.000 millones, lo que permitió al Fondo Monetario Internacional aprobar una ayuda de US$15.600 millones en cuatro años. “Pedimos el fin inmediato de la guerra ilegal de Rusia contra Ucrania, lo que despejaría una de las mayores incertidumbres sobre las perspectivas económicas mundiales”, afirmaron los responsables de Finanzas en la declaración.
Perspectivas macroeconómicas
Los líderes subrayaron la necesidad de mantener una política económica “ágil y flexible” en un contexto de gran incertidumbre para la economía mundial. Los bancos centrales “se asegurarán de que las expectativas de inflación permanezcan bien ancladas y comunicarán claramente las posturas políticas para ayudar a limitar los efectos negativos entre países”, añade el comunicado.
Estabilidad financiera
La necesidad de garantizar la estabilidad financiera mundial fue un tema destacado tras la quiebra de Silicon Valley Bank y First Republic Bank, y la absorción de Credit Suisse. Aunque el G-7 mantuvo en el comunicado su postura de que el sistema financiero mundial sigue siendo “resistente”, los funcionarios también hicieron sonar la alarma contra la complacencia.
Cadenas de suministro
Las interrupciones del comercio también ocuparon un lugar destacado en la lista de preocupaciones de la reunión, con una referencia implícita a China. Los responsables de Finanzas propusieron una nueva asociación abierta a otros países y centrada en las energías limpias, como ya informó Bloomberg News. Su objetivo es lanzar la asociación para la mejora de la cadena de suministro resiliente e inclusiva, o RISE, a finales de este año a más tardar, según el comunicado.
Deuda
Para lograr un consenso más allá del G-7, los responsables de Finanzas tuvieron cuidado de incluir a otros países en la conversación, con una sesión dedicada a prometer más apoyo a los países de renta baja y media y a ayudarles a obtener recursos de las facilidades del FMI. En el comunicado se menciona a Zambia, Etiopía y Ghana como países que recientemente han realizado o se espera que realicen algún progreso dentro del denominado Marco Común del G-20.
Otros compromisos
Los responsables de Finanzas también reafirmaron sus compromisos en materia de mitigación del cambio climático y adaptación al mismo, fortalecimiento de la gobernanza y financiación de la arquitectura sanitaria mundial, y continuación de los trabajos para perfeccionar la regulación de las criptomonedas, sin que se produjeran nuevos avances significativos en estos frentes.
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