Bloomberg — Las tasas de mortalidad por sobredosis de drogas relacionadas con el fentanilo se triplicaron con creces en Estados Unidos de 2016 a 2021, un marcador sombrío en la escalada de la mortal epidemia de opiáceos que empeoró durante el auge del Covid-19.
Las tasas de mortalidad por fentanilo ajustadas por edad aumentaron a casi 22 por cada 100.000 habitantes en 2021, y el aumento fue más pronunciado de 2019 a 2021, según un nuevo informe del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias. Las tasas de mortalidad por sobredosis de metanfetamina y cocaína también aumentaron en el mismo periodo de tiempo, cuadruplicándose y duplicándose respectivamente.
El fentanilo, una forma sintética de opiáceos analgésicos como la morfina, es una droga callejera barata y abundante cuyo consumo se generalizó durante el aislamiento de los bloqueos pandémicos. La droga desempeñó un papel protagonista en unas 80.000 muertes por sobredosis de opiáceos en EE.UU. registradas sólo en 2021. La jefa de la Administración para el Control de Drogas de EE.UU., Anne Milgram, ha dicho que el fentanilo está “en todas partes” y lo ha descrito como “la amenaza de drogas más mortífera a la que se ha enfrentado nuestra nación”.
Según los autores, las tasas de mortalidad por sobredosis de fentanilo fueron más elevadas que las de otras drogas en todas las razas, regiones y grupos de edad, aunque algunas de las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Las tasas de mortalidad eran más elevadas entre los hombres, las personas de 25 a 44 años, y los nativos de Alaska, los indios americanos y los negros.
A medida que aumenta la preocupación por la epidemia, EE.UU. y México se han comprometido recientemente a colaborar en la lucha contra la cadena de suministro de fentanilo. La Casa Blanca ha declarado que las combinaciones de fentanilo y xilacina, un peligroso tranquilizante para animales, constituyen una amenaza emergente para la nación.
El estudio del NCHS, una división de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, también descubrió que las tasas de muertes por sobredosis descendieron en el caso de la oxicodona y la heroína durante el periodo de estudio, aunque el descenso de las tasas de mortalidad por heroína fue estadísticamente insignificante.
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