Bloomberg — Warren Buffett, de Berkshire Hathaway Inc. (BRK/A), dijo que los ejecutivos a cargo de los bancos en quiebra deben rendir cuentas por los errores que en algunos casos estaban ocultos a “plena vista”.
Buffett también denunció que la regulación que supervisa el sector bancario está plagada de incentivos sesgados, así como la mala comunicación de los reguladores, los políticos y la prensa a la opinión pública estadounidense sobre la convulsión. Las turbulencias comenzaron con la liquidación de un pequeño prestamista favorable a las criptomonedas a principios de marzo, antes de extenderse a otros tres bancos regionales.
“La situación en la banca es muy similar a lo que siempre ha sido la banca: el miedo es contagioso, siempre”, dijo Buffett el sábado en la asamblea general anual del conglomerado en Omaha, Nebraska. Las sanciones deben “golpear a los causantes de los problemas”.
El propio Buffett estuvo en contacto con el Gobierno de Biden sobre su papel en las turbulencias, según informó Bloomberg en marzo. El multimillonario inversor tiene un largo historial de intervenciones para ayudar a bancos en crisis, aprovechando su condición de inversor de culto y su poderío financiero para restablecer la confianza en empresas en dificultades. Bank of America Corp. (BAC) recibió una inyección de capital de Buffett en 2011, después de que sus acciones se desplomaran en medio de pérdidas relacionadas con las hipotecas de alto riesgo. A Buffett todavía le gusta y posee acciones de ese banco, dijo el sábado.
Buffett también señaló a First Republic Bank, que JPMorgan Chase & Co. (JPM) acaba de rescatar. Los archivos de First Republic mostraban que el prestamista ofrecía hipotecas jumbo, no respaldadas por el Gobierno, a tipos fijos y en algunos casos a diez años, “una propuesta descabellada”, dijo Buffett.
“Lo estaba haciendo a plena vista y el mundo lo ignoró hasta que estalló”, dijo Buffett.
Gran parte del problema se derivó de los montones de títulos en manos de los bancos que habían perdido valor al subir los tipos de interés. Eso puso en evidencia las clasificaciones contables para registrar el valor de los títulos. En una broma más ligera con el público, Buffett, de 92 años, cogió un cartel que decía “disponible para la venta”.
Luego le pasó uno a su viejo socio Charlie Munger, de 99 años, que decía “mantenidos hasta su vencimiento”.
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