Bloomberg — El Banco Central Europeo (BCE) llevó a cabo su menor subida de tasas hasta ahora (25 puntos básicos) en su lucha por aplacar una inflación persistente, pero advirtió que el ciclo de endurecimiento continuará.
De esta manera, la entidad elevó su tasa de depósitos a 3,25% luego de tres movimientos de medio punto porcentual. Está en su mayor nivel desde 2008. La decisión está en línea con las expectativas de la mayoría de los operadores y economistas.
“Las decisiones futuras del Consejo Gobernante se asegurarán de que las tasas de política se lleven a niveles lo suficientemente restrictivos para lograr un retorno al rango objetivo de inflación, del 2%, en un tiempo razonable, y se mantendrá en esos niveles durante el tiempo que sea necesario”, dijo el BCE en una declaración.
El Consejo de Gobierno también declaró que espera interrumpir las reinversiones en el marco de su Programa de Adquisición de Activos a partir de julio.
Con la inflación muy por debajo de su máximo de octubre y un indicador de las presiones subyacentes sobre los precios a la baja por primera vez en 10 meses, los responsables de la política monetaria de Fráncfort contemplan el final de su periodo de endurecimiento monetario sin precedentes. Sin embargo, la tarea aún no ha terminado: Los mercados y los analistas prevén dos subidas más de 25 puntos básicos.
Estas medidas adicionales contrastarían con las de la Reserva Federal, que el miércoles subió sus tasas por décima vez consecutiva, pero sugirió que podría pausar su propia campaña, ya que el sector financiero se enfrenta a una nueva oleada de presiones.
Además de las cifras de inflación de abril, en el periodo previo al anuncio del jueves se publicaron datos que revelaron una expansión económica más lenta de lo previsto en la zona del euro, de 20 países, junto con unas condiciones crediticias más restrictivas de lo que esperaban los bancos, lo que amenaza aún más el crecimiento.
Las turbulencias bancarias tras la adquisición de Credit Suisse Group AG por UBS Group AG pueden haber exacerbado esa tendencia. Aunque las autoridades afirman que el sistema financiero del continente es sólido, las nuevas turbulencias en EE.UU. se producen cuando está previsto que los prestamistas europeos devuelvan al BCE el mes que viene casi 500.000 millones de euros (US$549.000 millones) en financiación barata a largo plazo.
Por ahora, sin embargo, la inflación sigue siendo la principal preocupación, con los 375 puntos básicos de ajuste desde julio de 2022 todavía filtrándose a través de la economía y el objetivo del 2% para el crecimiento de los precios algo lejos.
Los responsables de formular políticas llevan tiempo vigilando el crecimiento de los salarios, pero ahora también se fijan más en los márgenes de beneficio de las empresas, que se han ampliado durante el shock inflacionista y podrían mantener las presiones sobre los precios si un mercado laboral resistente sigue apuntalando la demanda.
El desempleo en la zona euro alcanzó un mínimo histórico del 6,5% en marzo, según datos de esta semana.
Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo y una de las pocas funcionarias que se plantean abiertamente una subida más agresiva de medio punto, declaró en una entrevista publicada la semana pasada que “es demasiado pronto para declarar la victoria sobre la inflación”.
Colegas como François Villeroy de Galhau adoptaron un tono más modesto. Las futuras subidas de tipos deberían ser limitadas en tamaño y número, dado que el BCE ha completado la mayor parte del proceso, dijo el jefe del Banco de Francia el mes pasado.
Lea más en Bloomberg.com