¿Cómo impacta el bajo crecimiento de Latinoamérica en los activos financieros?

Las malas proyecciones podrían lastimar las cotizaciones de acciones y bonos de la región. Aún así, México se ha despegado de Brasil y hay quienes le ven potencial

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Latinoamérica y el Caribe tendrán un crecimiento económico magro, apenas inercial, en 2023 y la situación no mejoraría en los próximos años. Tal coyuntura tendría un impacto negativo en los precios de los activos financieros de la región, que parecieran generar poco atractivo para los inversores.

No obstante, existen algunas excepciones: por un lado, hay quienes creen que las bajas valuaciones de bonos y acciones y en México permiten ilusionarse con un upside en el país norteamericano.

Un crecimiento muy bajo para la región y su impacto en las finanzas

“El desempeño de las empresas listadas en una Bolsa está relacionado con el desempeño económico, ya sea del país o la región”, sostuvo el experto mexicano Jacobo Rodríguez, director de análisis financiero de Black Wallstreet Capital. En ese sentido, indicó que hay altas expectativas de que algunas naciones desarrolladas caigan en recesión y eso afectaría a mercados latinoamericanos.

El bajo crecimiento siempre es malo para los activos”, ratificó Marco Oviedo, estratega para LatAm de la correduría brasileña XP.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) agregado de Latinoamérica y el Caribe crecerá apenas 1,2% en 2023. De cara a 2024 y 2025 no pareciera haber una mejora sustancial: días atrás, William F. Maloney, economista jefe para la región de América Latina y el Caribe en el Banco Mundial, adelantó que el PIB regional crecerá 2,4% anual, ritmo que, según su mirada, “no es suficiente para aliviar la pobreza ni reducir las tensiones sociales”.

Pero tampoco pareciera ser suficiente para que sea atractivo invertir en esta parte del mundo: “La región desde hace tiempo viene teniendo una performance muy mediocre y por debajo de cualquier índice global, salvo el año pasado que pudo aprovechar el impulso de los precios de los commodities, lo que le permitió tener una mejor performance en un contexto de caídas globales”, indicó Martín Polo, estratega del bróker argentino Cohen Aliados Financieros.

Polo añadió que la perspectiva de desaceleración económica de las economías desarrolladas y el menor dinamismo de la inversión en infraestructura en China le quita impulso a los commodities metales y esto es una mala noticia para la región en general.

Como matiz, el ejecutivo de Cohen Aliados Financieros subrayó que los commodities agrícolas tienen un mejor escenario y que eso puede ayudar, pero consideró que, en términos generales, “la región estará más complicada y siempre están los factores políticos aportando mayor volatilidad”.

Por su parte, el argentino Diego Ferro, director del fondo M2M de Wall Street añadió: “Cada vez hay menos entusiasmo por los mercados emergentes en general. Hace rato que no se generan retornos llamativos, se los ve más como posiciones tácticas a corto plazo, no como inversiones estratégicas a largo”.

Una región susceptible a los shocks del exterior

Según Jorge Ángel Harker, Registered Representative de Holistic (la corresponsalía de Adcap Grupo Financiero en Estados Unidos), es muy probable que en una eventual recesión global vayamos a tener una desaceleración similar de las economías latinoamericanas, debido a que Latinoamérica exporta commoditities y si los países desarrollados se desaceleran, van a dejar de demandar esos productos.

Aunque aclaró: “También es verdad que ciertos países se podrían ver beneficiados por algunos commodities que pueden mejorar si la Fed bajara agresivamente la tasa, como el oro, la plata. Algunos países exportadores de petróleo, como Brasil, México y Colombia deberían ver algo de ayuda de este contexto”.

Harkek sostuvo que más importante es entender que la economía latinoamericana en este momento está muy “susceptible a los golpes internacionales”. Al respecto, profundizó: “Estos golpes general la necesidad de políticas macroeconómicas que no estarían listos para implementar. Son políticas mayor inversión y mayor gasto, y que a corto plazo los países no podrían implementar, como es el caso de Perú, Colombia, México y Bolivia, donde los números hoy en día son muy distintos a la época pre-pandémica y se han deteriorado bastante”.

Oportunidades en México y en activos seleccionados

Aún en un contexto regional poco alentador, Jacobo Rodríguez resaltó que México presenta algunas oportunidades si Estados Unidos no entra en recesión: “Desde finales del año pasado traemos en perspectiva positiva a México, sobre todo por las valuaciones tan baratas. Hay empresas que se han comportado de muy buena manera en cuanto a sus resultados trimestrales y mucho de ese desempeño no está del todo reflejado en el precio de las acciones”.

En general, Rodríguez señaló que para México prefiere optar por compañías de valor, con niveles de deuda bajo y que generen flujo de efectivo constante. “Nos gusta la renta variable de calidad”.

También observó que la renta fija mexicana está “superatractiva”, ya que el país tiene finanzas sanas.

De todas formas, aclaró que si Estados Unidos entra en recesión “arrastrará a México”.

Latinoamérica: un trade político más que financiero

El economista boliviano Mario Aguilar, estratega senior de portafolio en Janus Henderson Investors, mencionó que en Latinoamérica los modelos de gobierno “son los que mueven la economía” y afirmó que, en ese marco, la aparición de gobiernos con una mirada esquiva al mercado “puede traer problemas”.

Aguilar puntualizó que México se puede ver beneficiado por los problemas que hay de cadenas de suministros en China y por la fricción tecnológica que hay entre el gigante asiático y Estados Unidos. En línea con lo mencionado por Rodríguez, Aguilar reflexionó que México puede salir ganando “si Estados Unidos produce más”.

Aún así, el ejecutivo de Janus Henderson cree que el ratio riesgo / beneficio de la región es muy bajo para los inversores.

Así vienen los ETF regionales

El fondo cotizado (ETF) más representativo de la región, es decir el ILF, se ubica hoy un 32% por debajo del precio que tenía 5 años atrás. En los últimos 12 meses ha caído más 7%.

El dato positivo es que, en lo que va de 2023, lleva una suba de casi el 10%.

Un 55% de los dólares invertidos por el ILF están colocados en empresas brasileñas y el 28% en compañías mexicanas (7% en Chile y 3,72% en Perú).

En tanto, el EWZ (ETF de las acciones brasileñas) lleva un desplome del 33% respecto de la cotización que tenía 5 años atrás y del 15% en estos últimos 365 días. Aún así, en 2023 ha mejorado casi un 6%.

Del que se puede hacer una lectura diferente es del EWW, es decir, el ETF de acciones mexicanas. En 2023 lleva una suba cercana al 21% y ha subido casi 23% en este último año. En línea con ello, la cotización actual es un 24% mayor que la que tenía un lustro atrás.