Bloomberg — El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, renovó el lunes sus ataques a la política monetaria del país, pocos días antes de que el banco central mantenga su tipo de interés de referencia en su nivel más alto en seis años.
“No podemos seguir viviendo en un país donde la tasa de interés no controla la inflación”, dijo Lula en un acto en Sao Paulo para conmemorar el Día del Trabajo. “De hecho, controla el desempleo en este país, porque es responsable de una parte de la situación que vivimos hoy”.
Se espera que los responsables de los bancos centrales, encabezados por Roberto Campos Neto, mantengan este miércoles los costes de financiación en el 13,75% por sexta vez consecutiva, ya que las previsiones de los precios al consumo se mantienen por encima del objetivo. Aunque la inflación general se ha moderado en los últimos meses, las medidas básicas, que excluyen los artículos volátiles, se mantienen al alza. La postura de la autoridad monetaria ha provocado la ira de Lula y de algunos de sus aliados más cercanos, que afirman que la política está perjudicando tanto a los pobres como a las inversiones.
En su discurso, Lula prometió crear empleo y aseguró que mujeres y hombres recibirán los mismos salarios por el mismo trabajo. Dijo que su gobierno estudia eximir a los trabajadores del pago del impuesto sobre la renta por la participación en los beneficios.
Renta de capital
A última hora del domingo, Lula anunció un aumento del salario mínimo mensual y la exclusión de más trabajadores de bajos ingresos de los requisitos del impuesto sobre la renta.
Al mismo tiempo, la administración publicó una orden ejecutiva que grava las rentas de capital sobre inversiones financieras obtenidas en el extranjero por residentes en Brasil.
A partir del 1 de enero de 2024, cualquier ingreso de este tipo de hasta 6.000 reales (1.202 dólares) no estará sujeto a gravámenes, mientras que las cantidades entre 6.000 y 50.000 reales se gravarán a un tipo del 15% y las ganancias superiores a 50.000 reales al 22,5%.
La medida puede generar ingresos de aproximadamente 3.250 millones de reales este año, 3.590 millones de reales en 2024 y 6.750 millones de reales en 2025, según un comunicado del Ministerio de Finanzas del lunes.
Mientras tanto, los cambios en los tramos del impuesto sobre la renta reducirán los ingresos en 3.200 millones de reales en lo que queda de este año, 5.880 millones de reales en 2024 y 6.270 millones de reales en 2025.
En marzo, el Gobierno de Lula presentó un plan destinado a reforzar las finanzas públicas de Brasil, que fue acogido con cautela por los inversores.
Los anuncios de esta semana siguen a una serie de datos positivos en la mayor economía de América Latina. Un indicador del producto interior bruto superó con creces las expectativas en febrero, mientras que la inflación se ralentizó hasta alcanzar su nivel más bajo desde 2020.
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