Bloomberg — El lanzamiento de prueba del cohete Starship de nueva generación de SpaceX desencadenó una demanda contra la Administración Federal de Aviación (FAA) por parte de una coalición de grupos ecologistas y una tribu de nativos americanos, que afirman que la agencia se precipitó al aprobar un lugar de lanzamiento en el sur de Texas, cerca de una zona sensible para la fauna.
La FAA, que regula los lanzamientos de cohetes comerciales, debería retirar la licencia a SpaceX y no emitir una nueva hasta que la agencia lleve a cabo una revisión medioambiental exhaustiva, según la demanda, presentada el lunes en un tribunal federal de Washington, DC.
El lanzamiento del 20 de abril esparció una nube de hormigón pulverizado a más de diez kilómetros de la plataforma de lanzamiento de Boca Chica, junto con trozos de acero y otros restos por la propiedad de SpaceX y un parque estatal adyacente que bordea el Valle del Río Grande y el Golfo de México. También provocó un incendio de 1,5 hectáreas en las inmediaciones, que fue extinguido posteriormente.
“A medida que la nación lleva a cabo la era moderna de los vuelos espaciales, debemos decidir si vamos a proteger la vida silvestre y las comunidades de primera línea que pueden verse afectadas negativamente por nuestro deseo de alcanzar las estrellas, o si vamos a dejar un legado de destrucción innecesaria en la estela abrasadora de los penachos de los cohetes”, según la demanda.
SpaceX, conocida formalmente como Space Exploration Technologies Corp. no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre la demanda. La FAA dijo que no hace comentarios sobre litigios en curso.
El vuelo de prueba de Starship, que terminó de forma explosiva cuatro minutos después del despegue cuando el vehículo se desvió de su curso, ya está siendo investigado por la FAA, que habitualmente investiga los principales percances en los lanzamientos de cohetes. La agencia ha puesto como condición para la licencia de lanzamiento el cumplimiento de las medidas de mitigación medioambiental, según declaró la semana pasada.
El lanzamiento del cohete provocó un enorme agujero en la plataforma de lanzamiento de hormigón de la empresa. SpaceX tendrá que reparar su infraestructura de lanzamiento y obtener el permiso de la FAA antes de poder hacer volar de nuevo el Starship. SpaceX, de Elon Musk, tiene grandes planes para enviar seres humanos a la Luna y eventualmente a Marte a bordo de Starship, un enorme cohete reusubale ensamblado en la instalación de lanzamiento Starbase.
Musk describió este pasado fin de semana los restos del lanzamiento como un “tornado de rocas” en la base del cohete, pero dijo durante una discusión de audio en Twitter que “no ha habido ningún daño significativo al medio ambiente del que seamos conscientes.”
Si uno tuviera que “mirar una foto aérea de la zona, y aparte de la zona alrededor del puesto de lanzamiento, decirme dónde están dañadas las cosas - es en realidad, ni siquiera se puede ver en este momento”, dijo. Añadió que los restos eran “básicamente arena y rocas, así que no es nada tóxico ni nada parecido”.
La FAA se equivocó
La coalición alega en la demanda que la FAA se equivocó el año pasado al no realizar una declaración de impacto ambiental completa para el programa Starship y la Starbase. El lugar de lanzamiento es adyacente a llanuras mareales, marismas y humedales que proporcionan hábitats críticos para las aves migratorias y varias especies, desde tortugas marinas hasta chorlitos, ocelotes y halcones.
En junio de 2022, la FAA determinó que las instalaciones de la Starbase no suponían un impacto significativo para el medio ambiente, pero la agencia ordenó a SpaceX que introdujera 75 cambios en el emplazamiento y en sus planes de lanzamiento para aminorar sus efectos en la zona.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. ha afirmado que una “nube de hormigón pulverizado” procedente de la explosión de la nave estelar depositó material hasta 10,5 kilómetros al noroeste del emplazamiento de la plataforma, pero la agencia no encontró indicios de fauna muerta.
Cinco grupos se unieron a la demanda como demandantes: el Centro para la Diversidad Biológica, la American Bird Conservancy, la Surfrider Foundation, Save RGV y la Carrizo/Comecrudo Nation of Texas Inc. Las organizaciones afirman que la FAA infringió la Ley Nacional de Política Medioambiental.
El caso es Center for Biological Diversity v. Federal Aviation Administration, 23-cv-01204, US District Court, District of Columbia (Washington).
--Con la ayuda de Madlin Mekelburg, Alan Levin y Peter Jeffrey.