Bloomberg — La inflación subyacente de EE.UU. se mantuvo elevada en marzo, reforzando el argumento para que la Fed lleve a cabo una nueva subida de tasas de interés en su reunión de la semana que viene.
El índice, que excluye elementos volátiles como alimentos y energía, subió un 0,3% por segundo mes consecutivo, en línea con las expectativas de economistas encuestados por Bloomberg. A nivel interanual, la cifra fue de 4,6%.
Si bien la fortaleza del mercado laboral y sólidos niveles de ahorro habían dado a los hogares espacio para gastar, los consumidores están comenzando a perder impulso.
Los gastos de consumo personal, ajustados a los precios, se mantuvieron sin cambios el mes pasado, tras una caída revisada a la baja del 0,2% en febrero.
Los datos de precios, especialmente en conjunción con el aumento de los costos laborales, refuerzan las previsiones de que los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal subirán su tipo de interés de referencia otro cuarto de punto porcentual en la reunión de la próxima semana. Aunque la inflación anual ha tocado techo, el camino de vuelta al objetivo del 2% del banco central está resultando accidentado.
Un aspecto positivo del informe fue la desaceleración del costo de los servicios. Los precios de los servicios, excluidos los de la vivienda y la energía, un indicador clave señalado por el presidente de la Fed, Jerome Powell, aumentaron un 0,2% en marzo, según cálculos de Bloomberg. Dicho esto, sobre una base interanual, la métrica se mantiene elevada en el 4,5%.
Los futuros de las acciones estadounidenses se mantuvieron a la baja, mientras que los rendimientos del Tesoro a dos años cayeron ligeramente después de los informes. El dólar se mantuvo al alza.
Aunque la solidez del mercado laboral y el exceso de ahorro han proporcionado a los hogares los medios para gastar, los consumidores empiezan a perder fuelle. El gasto en consumo personal, ajustado a los precios, se estancó el mes pasado, reflejando un retroceso en el gasto en bienes y un tibio desembolso en servicios, tras una caída revisada a la baja del 0,2% en febrero.
El retroceso del gasto de consumo sugiere que los hogares son cada vez más precavidos y reducen sus compras discrecionales. Aunque la solidez del mercado laboral, el crecimiento persistente de los salarios y el exceso de ahorro han reforzado a los consumidores frente a la subida de los precios, los datos indican que el impulso se está desvaneciendo.
El índice general de precios PCE aumentó un 0,1% respecto al mes anterior, frenado por el descenso de los costes energéticos.
--Con la colaboración de Kristy Scheuble.
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