Bloomberg — Man Group Plc, un fondo de cobertura que tuvo un rendimiento mejor que el 99% de sus pares con una postura bajista sobre los mercados emergentes, dice que la venta que está teniendo lugar desde febrero le ha dado la razón y que los activos de riesgo se enfrentarán a más pérdidas durante el año.
El fondo de cobertura público más grande del mundo le dijo a Bloomberg que la racha de entre octubre y enero no estaba justificada por fundamentos económicos y se revertiría. Ello sucedió poco después: los bonos soberanos en dólares de los mercados emergentes cayeron 2,2% y el índice bursátil MSCI ha visto un declive de casi 7% desde entonces.
“Nuestro argumento sigue vigente”, dijo Guillermo Osses, titular de estrategia de deuda de mercados emergentes, con base e Nueva York. “Tenemos una de las posiciones más defensivas que hemos tenido alguna vez”, agregó.
Osses dijo que los repuntes temporales de principios de año eran simplemente una consecuencia de la dinámica dólar-liquidez, ya que los responsables de formular políticas trataron de contener los efectos del colapso del Silicon Valley Bank. Su postura bajista contrasta con la de otras empresas de Wall Street, como BlackRock Inc (BLK), Goldman Sachs Group Inc (GS) y las unidades de gestión de activos de Morgan Stanley (MS) y JPMorgan Chase & Co (JPM), que han recomendado invertir más dinero en los mercados emergentes.
En lo que va de año, la reapertura de la economía china, la debilidad del dólar y la relajación de las expectativas de inflación en todo el mundo no se han traducido en el tipo de rentabilidad que esperaban los inversores alcistas en deuda y renta variable de los mercados emergentes. El índice MSCI Emerging Markets ha tenido un rendimiento inferior al del S&P 500 este año, con ganancias del 1,5% y el 5,6%, respectivamente.
La actitud bajista de Man Group tampoco ha dado sus frutos. Su fondo de deuda de mercados emergentes ha perdido un 1% este año y ha sido batido por nueve de sus 10 homólogos, según datos recopilados por Bloomberg. Osses declinó hacer comentarios sobre los rendimientos del fondo, citando la política de la empresa.
Pero reiteró su convicción de que los diferenciales de los bonos, las divisas y las tasas de los mercados emergentes se han visto impulsados principalmente por la liquidez estadounidense, más que por los cambios en las perspectivas macroeconómicas de los países en desarrollo.
Drenaje de liquidez
Los próximos seis a nueve meses serán muy diferentes, según Osses, que pronostica una fuga masiva de liquidez a medida que la Reserva Federal siga endureciendo su política monetaria y aumente el saldo de caja del Tesoro estadounidense, algo que debería ocurrir siempre y cuando se resuelva firmemente el impasse del techo de la deuda.
Además de subir sus tasas, la Reserva Federal ha estado trabajando durante el último año para reducir el tamaño de su balance dejando que se reduzcan algunas de las tenencias de bonos que van venciendo, un proceso conocido como ajuste cuantitativo. Un aumento de los préstamos de emergencia a los bancos este año invirtió parte de esa reducción del balance, pero ese efecto se está desvaneciendo a medida que disminuye el uso de las facilidades.
Mientras tanto, la pila de bonos de la Reserva Federal se está reduciendo en unos US$95.000 millones al mes. Esto equivale a alrededor de US$1,1 billones de ajuste al año si el banco central sigue en ello, algo que podría hacer incluso si hace una pausa en las subidas de tasas. En opinión de Osses, el impacto sólo se verá agravado por un repunte del saldo de tesorería del Tesoro si finalmente se alcanza una solución para el límite de deuda.
Activos de riesgo
La ampliación de los diferenciales de los bonos en los mercados emergentes cuando esto ocurra “va a ser mucho más violenta que la que vimos a principios de 2022″, cuando Rusia invadió Ucrania, dijo. La deuda de los mercados emergentes perdió un 15% ese año, su mayor pérdida anual desde al menos 1994, según un índice de Bloomberg que rastrea los bonos corporativos y soberanos en dólares.
“Si nos fijamos en lo que esperamos que suceda en seis o nueve meses, desde una perspectiva de riesgo-recompensa, es muy difícil tener exposiciones significativas porque todo va a jugar en contra de los activos de riesgo”, dijo Osses.
Un reto adicional lo plantea el banco central de Japón, que podría relajar su control del rendimiento de la deuda pública, lo que reduciría la demanda de deuda de mercados emergentes por parte de los inversores institucionales del país, señaló.
Los indicadores de los mercados de los países en dificultades de África, Oriente Medio y Asia meridional son representativos de los riesgos a los que se enfrentan los inversores de los mercados emergentes, porque los créditos de menor calidad ya han quedado aislados de los mercados internacionales de préstamos y los precios así lo reflejan, afirmó Osses.
“A medida que esta fuga de liquidez se haga más profunda, la situación será más difícil”, afirmó, especialmente para los responsables de formular políticas de los países en desarrollo que actúan como si la liquidez a la que se han acostumbrado en los últimos años siguiera estando disponible. “Creemos que aún no se han dado cuenta de que esto está a punto de cambiar bruscamente y que ya está cambiando”.
-- Con la colaboración de Benjamin Purvis y Alexandra Harris.
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