Bloomberg — Las grandes empresas tecnológicas, desde Google (GOOGL) a Meta Platforms Inc. (META), se enfrentan a una mayor supervisión y a posibles multas de hasta el 10% de las ventas mundiales por prácticas que perjudiquen a los consumidores, según la nueva legislación que presentará el martes el Gobierno británico.
De acuerdo con las propuestas, una nueva Unidad de Mercados Digitales del regulador antimonopolio del país tendrá competencias para imponer obligaciones adicionales a algunas de las mayores empresas de Silicon Valley consideradas “estratégicas para el mercado”. El nuevo régimen iría dirigido a las empresas con un poder de mercado arraigado en al menos una actividad digital y unas ventas mundiales superiores a 25.000 millones de libras (US$31.200 millones), o unos ingresos en el Reino Unido superiores a 1.000 millones de libras.
“Esto puede marcar un antes y un después en la forma de proteger a los consumidores británicos y de garantizar que los mercados digitales funcionen para la economía del Reino Unido, apoyando el crecimiento económico, la inversión y la innovación”, declaró Sarah Cardell, Directora General de la Autoridad de Competencia y Mercados.
Gran Bretaña presentó por primera vez planes potenciales para crear nuevas normas de competencia digital a principios de 2019, convirtiendo en ese momento al país en uno de los favoritos en el impulso mundial para frenar a Big Tech. Los nuevos poderes llegan después de que los retrasos para introducir las propuestas el año pasado significaran que la Unión Europea estaba significativamente por delante del Reino Unido con su histórica Ley de Mercados Digitales. Las medidas reflejan los poderes reforzados otorgados a los reguladores antimonopolio alemanes para investigar a las empresas que tienen una “importancia primordial”.
El proyecto de Ley de Mercados Digitales, Competencia y Consumidores, que incluye una serie de poderes para la CMA, aún debe obtener la aprobación parlamentaria y pasar por otro proceso legislativo antes de poder ponerse en marcha.
Entre los detalles de cómo se aplicará el nuevo régimen británico figuran:
- La DMU responsabilizará a los altos directivos de las empresas tecnológicas del cumplimiento de las solicitudes de información.
- Las empresas podrán recurrir las decisiones de la DMU ante el tribunal especializado en competencia, el Competition Appeal Tribunal.
- Se podrá pedir a las empresas tecnológicas que abran sus datos a los motores de búsqueda rivales o que aumenten la transparencia de las tiendas de aplicaciones o los sistemas de reseñas de los mercados.
- Hacer frente a las reseñas falsas y a las llamadas trampas de suscripción.
- Actualización del régimen de fusiones para aumentar los umbrales de revisión de una operación de 70 a 100 millones de libras.
- Multas más duras para las empresas que infrinjan la legislación de protección de los consumidores, de hasta el 10% de los ingresos globales.
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