Con una combinación perfecta entre espíritu aventurero y ganas de hacer un aporte a la humanidad, tres amigos uruguayos sortearon todo tipo de dificultades para viajar desde Alaska, Estados Unidos hasta Ushuaia, Argentina. Atravesaron todo el continente en dos Tesla en siete meses, desde el extremo norte hasta la ciudad más al sur del mundo en dos autos eléctricos, para mostrar que la movilidad sustentable es posible y para filmar una docuserie con historias inspiradoras de gente que trabaja para mejorar el medioambiente.
Cuestiones familiares, la irrupción del coronavirus, la falta de financiamiento, entre otras, los obligaron a postergar la partida, que finalmente llegó a principios de junio de 2022. Es así que Oliver Umpierre, María Jesús ‘Tuti’ Iraola y Martín Canabal recorrieron toda América con un Tesla Model 3 y un Tesla Model X. El proyecto se denomina Electric Americas (https://electricamericas.org/es/).
Si bien terminaron su travesía el 29 de diciembre de 2022, aún les falta algo para cerrar el desafío: concluir la posproducción del documental (en principio de 12 episodios) y lograr su distribución y difusión.
El material fue registrado con equipamiento profesional y también con expertise de alta gama: Umpierre es realizador y productor de cine y ya elaboró un teaser para tener una muestra inicial de qué se tratará serie.
Canabal y Umpierre explicaron a Bloomberg Línea que es importante que el documental vea la luz para comunicar al mundo lo que hicieron y que no quede simplemente en un viaje de aventuras. “Queremos que invite a las personas a disfrutar de la naturaleza, que los eduque en el tema de la electromovilidad, que brinde un pantallazo inspiracional sobre las Américas y que ponga sobre la mesa el ejemplo gente que está haciendo el bien por el ambiente y por el otro en todo el continente”, resumió Umpierre.
Durante el viaje, fueron conociendo y dialogando con atletas que trabajan por la sustentabilidad y también a referentes de comunidades como docentes o miembros de ONG. Incluso se reunieron con autoridades gubernamentales, como la ministra de Turismo de El Salvador. Eso se puede ver en las imágenes documentadas, así como también la serie incluirá pasajes de diversos deportes extremos al aire libre (como, por ejemplo, parapente) que fueron realizando los viajeros durante esos siete meses. Según su concepción, la gente que hace actividad física en espacios naturales, valora más más la naturaleza.
El financiamiento inicial
Cuando Canabal ideó el viaje aún no era padre, pero llegó su hijo Mateo y cambió los planes. Pero al poco tiempo, también apareció su segundo hijo, Lorenzo. “Yo estaba viviendo en San Francisco, con mi mujer, y estaba convencido de que el día que volviera a Uruguay tenía que ser en auto”, detalló. No obstante, teniendo en cuenta que iba a ser duro, no incluyó a su familia en todo el trayecto, sino que se iba encontrando con su esposa e hijos a lo largo del camino.
“Un mes ellos estaban en San Francisco o en Uruguay y al otro mes nos encontrábamos”, detalló.
Pero no solo la ampliación de la familia obligó a reprogramar el viaje, sino también la pandemia y los inconvenientes financieros para costear el proyecto.
En primer lugar juntaron fondos a través mediante una estrategia de crowdfunding, a través de la plataforma Kickstarter. “Necesitábamos unos US$300.000 (dos autos más gastos de vida, alojamiento, etc). Al final juntamos US$100.000”, explicaron. Recibieron aportes de empresas que se interesaron por su proyecto, así como también de amigos, conocidos, familiares y también de desconocidos.
Uno de los Tesla ya era propiedad de Martín Canabal y el otro fue adquirido mediante un préstamo y próximamente deberán enviarlo a Estados Unidos para venderlo y saldar las cuentas.
Pero más allá de la ayuda monetaria, en el camino iban consiguiendo colaboraciones en especies, de personas que les brindaban servicios. Un contribución crucial la tuvieron antes de salir: desde una empresa que realiza traslados marítimos desde el puerto de Tacoma, Washington, consiguieron que les llevaran los autos hasta Alaska.
Actualmente, la búsqueda financiamiento sigue para poder llevar adelante la posproducción del documental. Sin embargo, ya están trabajando en sociedad con empresas de motion graphics, de animación y de sonido. En los últimos días Umpierre e Iraola estuvieron en Río de Janeiro, en una feria de creatividad, buscando apoyo para el proyecto.
El viaje y las dificultades para enchufar
“Casi todo Estados Unidos y el sur de Canadá no suelen ser un problema para cargar los autos eléctricos, salvo lugares puntuales. Pero el norte de Canadá y Alaska no están tan preparados. Lo resolvimos parando en estacionamientos de motorhome que tienen enchufes con buena potencia”, explicó Canabal a Bloomberg Línea, respecto de los primeros tramos, en la parte norte de América.
Sin embargo, en Latinoamérica la cuestión se fue complejizando: “Falta infraestructura para autos eléctricos, pero algo está empezando a haber”, detallaron.
Sin embargo, la situación los obligó a hacerse casi que expertos en electricidad. Si bien el auto puede cargarse en casi cualquier enchufe, en caso de no encontrar artefactos adecuados el tiempo de recarga podía llegar a ser de hasta siete días. “Tuvimos que desarmar tableros en negocios que nos ayudaban, para cargar directo a la electricidad, sin pasar por el enchufe”, detallaron.
“Queríamos minimizar el tiempo de carga. Idealmente, cargar en un día o dos. Pero en algunos lugares tardamos más”, explicó Umpierre.
Uno de los tramos que mayor dificultad presentó para la recarga fue el norte de Perú, detallaron.
Aún con las dificultades del caso, Canabal remarcó la electromovilidad, además de ser ecológica, es conveniente en términos económicos.
Su mirada de Latinoamérica
Luego del viaje, los tres quedaron fascinados con Latinoamérica, no solo por sus paisajes, sino también por su gente. Destacaron que en los lugares más pobres es donde las personas más los ayudaban a seguir adelante. Y aseguraron que en los pueblos, lejos de las ciudades, se vive una vida más calma.
Respecto de la infraestructura para conducir, Canabal señaló: “El 95% de las carreteras estaba razonablemente bien”.
Los viajeros aseguraron que viajar por la región derriba cualquier tipo de prejuicios. “Una cosa son los miedos que te inculcan los medios de comunicación y la sociedad y otra cosa es lo que vivimos nosotros. No nos robaron, ni nos pasó nada malo”, aseguró Umpierre.
Aún así, debieron recalcular las rutas para evitar lugares donde les decían que había guerra de pandillas, en México fundamentalmente. El episodio más difícil que les tocó vivir fue un percance en Chiapas, cuando el ejército zapatista bloqueó la ruta y les pidieron plata para seguir.
¿Las medidas de seguridad claves? No manejaban de noche ni se quedaban mucho tiempo en el mismo lugar.
El guiño de Elon Musk
Si bien no recibieron apoyo económico de Tesla, sí tuvieron un mimo por parte del fundador de la compañía, el multimillonario Elon Musk: “Cuando llegamos a destino final de nuestro viaje escribí un tuit anunciando que habíamos llegado. Al llegar a Comodoro Rivadavia y entramos a internet, mi compañero Olivier dijo Elon Musk había dado ‘me gusta’ a mi publicación. Todavía me resulta difícil creerlo, al igual que las consecuencias que han seguido, con casi cuatro millones de reproducciones y comentarios en mi tuit, todos positivos”.