Bloomberg — Terminar con la deforestación para finales de esta década, podría costar no menos de US$130.000 millones por año, según un documento de un grupo de financistas, ejecutivos del sector energéticos y académicos.
La Energy Transitions Comissions (ETC, Comisión de Transiciones Energéticas), que tiene entre sus integrantes a trabajadores sénior de las compañías BP Plc y BlackRock Inc. (BLK), indicó que esta estimación es de las primeras vinculadas a cuánto dinero sería necesario “para sobrepasar el estímulo económico de la tala de árboles.
La financiación de la protección de estos bosques precisa un enfoque distinto al de las inversiones para la reducción de las emisiones de carbono de sectores industriales pesados o de los sistemas energéticos, señala el antiguo regulador financiero de Londres, Adair Turner, que actualmente dirige el ETC (por sus siglas en inglés). En vez de la típica financiación de deuda y capital que se emplea para electrificar la red de suministro eléctrico o para construir nuevas plantas siderúrgicas ecológicas, evitar la tala de bosques exige “una clase distinta de flujo financiero”, que consiste en “pagar por no hacer algo” y no esperar un rendimiento directo a cambio”, explicó en una entrevista.
Para Turner, las 3 posibles fuentes de esos fondos son las administraciones públicas, que asignan dinero a la conservación de los bosques, los fondos de carácter filantrópico y el crédito de carbono. Para las compañías que han determinado sus metas de manera científica de emisiones cero netas, adquirir créditos de carbono puede ser una manera importante para favorecer la conservación de los bosques, indicó.
El ETC dijo que “sin un flujo significativo” de pagos de subvenciones en esta década, cualquier reducción en la deforestación llegaría “demasiado tarde para contribuir a limitar el calentamiento global a menos de 2 °C, y mucho menos a 1,5 °C”. Desde 2018 se han perdido 3,2 millones de hectáreas de bosque primario cada año por causas no relacionadas con incendios, lo que equivale a una tasa de pérdida de 10 canchas de fútbol por minuto, dijo ETC.
Para las compañías puede haber beneficios financieros para proteger los bosques y otros ecosistemas naturales, como calificaciones crediticias más altas, según una investigación de analistas de Bank of America Corp (BAC).
Es probable que las empresas con puntajes de riesgo de biodiversidad más bajos obtengan una calificación BBB+ o superior, mientras que aquellas que toman medidas para restaurar la naturaleza también pueden ver costos financieros más bajos, escribieron los estrategas ESG del banco dirigidos por Dimple Gosai en un informe publicado la semana pasada. La biodiversidad es un gran impulsor de la estabilidad financiera para las empresas, particularmente en las industrias orientadas a la energía, los materiales y los productos básicos, dijeron.
Los activos globales en inversiones relacionadas con la biodiversidad pueden multiplicarse por 20 a más de US$ 400.000 millones para 2030, dijeron los estrategas. Los inversionistas ya están canalizando dinero hacia cosas como proteínas alternativas y tecnologías para ahorrar desperdicio de alimentos, y nuevos proyectos como la restauración de tierras y la pesca sostenible están atrayendo capital de inversionistas de impacto, empresas sociales e inversiones que combinan dinero público y privado, dijeron.
Poner fin a la deforestación sería un gran paso para preservar la naturaleza y limitar el aumento de las temperaturas globales. La deforestación que implica la limpieza de tierras para granjas, ranchos, madera, uso urbano y otras actividades, es responsable de casi el 15% de las emisiones de CO₂ del mundo, y la economía mundial no alcanzará las emisiones netas de carbono cero sin poner fin a esta práctica.
Aún así, será difícil encontrar fondos suficientes, según ETC. La Comisión dijo que la cifra de US$130.000 millones representa una suma de dinero, en forma de pagos de subvenciones, que “podría hacer una contribución importante para evitar la deforestación”. El costo de poner un “freno permanente” a toda la deforestación para 2030 podría llegar a US$900.000 millones al año.
En cualquier caso, el orden de magnitud es hasta ahora superior al financiamiento actual para la protección forestal, que ETC estima en alrededor de US$3.000 millones al año. Las soluciones financieras a la deforestación no serán más que un recurso provisional sin cambiar las fuerzas subyacentes que hacen que la deforestación sea económicamente viable, dijo Turner. Los consumidores deben tomar medidas para reducir sus demandas de carne y aceite de palma, mientras que los gobiernos deben prohibir la deforestación y hacerla cumplir, dijo.
“A menos que encuentre una manera de desconectar los impulsores de la demanda fundamental que impulsan la deforestación, pagarle a la gente para que no deforeste es como empujar el agua cuesta arriba”, dijo Turner.
Con la asistencia de Saijel Kishan.
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