Bloomberg — La capital cubana comenzó este martes a racionar las ventas de combustible, lo que podría debilitar aún más la economía de un país que ya experimenta apagones, una persistente inflación y su peor cosecha de azúcar en más de 100 años.
En concreto, el gobierno dijo en una publicación en Facebook que limitará las ventas de diésel a 100 litros por vehículo y la de gasolina a 40.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha intentado eludir la culpa de la escasez, que ha dado lugar a largas filas y una creciente frustración. La semana pasada el mandatario dijo que los proveedores internacionales no han podido cumplir los compromisos de suministro de gasolina porque “han estado también en una situación energética compleja”.
Aunque no mencionó ningún proveedor específico, Venezuela es el principal abastecedor de combustible de Cuba.
Pese a que Cuba consume entre 500 y 600 toneladas de combustible al día, ha estado recibiendo cerca de 400 toneladas, dijo Díaz-Canel.
La escasez de gasolina es un obstáculo adicional para una economía que, según los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), crecerá solo un 1,5% este año, por debajo del 2% de 2022.
El año pasado, la producción de azúcar, uno de los principales cultivos del país, se contrajo fuertemente, según el diario estatal Granma, en medio de la escasez de insumos como fertilizantes.
Se espera que la Asamblea Nacional de Cuba reelija a Díaz-Canel como presidente el miércoles.
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