Bloomberg — El primer ministro Benjamin Netanyahu defendió la fortaleza de la democracia israelí después de que Moody’s rebajara la perspectiva crediticia del país a causa de un proyecto de reforma judicial que ha desatado protestas masivas. Netanyahu, que dijo el sábado que la disputa no perjudicará a la economía israelí, expresó su confianza en que se pueda alcanzar un compromiso sobre el plan que ha dividido cada vez más al país desde que el gobierno lo propuso en enero.
“Israel es una democracia vibrante, ha sido una democracia vibrante y seguirá siendo una democracia vibrante”, dijo Netanyahu en una entrevista en el programa “Meet the Press” de la NBC el domingo. “El más comprometido con eso soy yo”.
El viernes, Moody’s Investors Service rebajó la perspectiva crediticia de Israel de positiva a estable, afirmando que los cambios previstos por el gobierno en el sistema jurídico apuntan a un deterioro de la gobernanza israelí.
El domingo, la presidenta de la Autoridad de Valores de Israel, Anat Guetta, que finaliza su mandato tras más de cinco años, declaró que la acción de calificación era una señal de advertencia de que la economía de Israel “no proporciona a los inversores locales y extranjeros la sensación de seguridad que la caracterizaba hasta ahora”.
Los comentarios de Netanyahu en la televisión estadounidense se hicieron eco de una declaración conjunta que emitió con el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, en la que se describía el “animado discurso” como un signo de fortaleza democrática.
“Por su propia naturaleza, las disputas políticas intensas conducen a protestas y pueden crear incertidumbre temporal; estos son riesgos que se tienen en cuenta y se cubren dentro de las evaluaciones económicas del Estado de Israel”, dijeron en la declaración publicada el sábado.
“No habrá ningún daño a la democracia israelí ni a la economía israelí”, según el comunicado.
Ante las protestas, el gobierno de extrema derecha de Netanyahu ha frenado el plan, que recortaría el poder del Tribunal Supremo para elegir nuevos jueces y anular leyes aprobadas por el parlamento.
Netanyahu reconoció en la NBC que Israel es “un país dividido en estos momentos”. Pero se mostró confiado en que se pueda llegar a un compromiso con la oposición sobre la propuesta de reforma judicial.
“Creo que hay una base de acuerdo”, dijo. “Obviamente está muy politizado”.