Bloomberg Línea — La cobertura del sistema de salud en Costa Rica alcanza al 92% de la población, en República Dominicana el 71%, en Panamá el 63%, y en Guatemala a un 17%, revelan estudios regionales presentados esta semana.
Los países de la región continúan presentando desafíos en materia de acceso y cobertura de los servicios de salud, así como en la inversión y ejecución del presupuesto, indica una de las investigaciones que la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma) presentó en conferencia web.
Según el reporte sobre inversión y presupuestos en salud hecho por Sanigest International, a pesar de que los cuatro países analizados se desempeñan adecuadamente en materia de confiabilidad del presupuesto y transparencia de las finanzas públicas, “sigue siendo un desafío asegurar la sostenibilidad de los sistemas de salud en el tiempo y la cobertura adecuada”.
Esto último puede lograrse con una mejor administración de los recursos económicos, explica la investigación, por lo que recomienda revisar los vicios presupuestarios de los sistemas de salud, entre ellos, remuneraciones y transferencias corrientes que abarcan hasta un 77% del presupuesto de las instituciones públicas.
Además, sugiere analizar la falta de liquidez de los servicios de salud, la duplicación de los procesos de compras, la morosidad y la informalidad laboral, al tiempo de implementar mecanismos presupuestarios vinculados a logros cuantificables a corto y mediano plazo en los sistemas de salud.
La economía de la salud en Centroamérica
El otro estudio, titulado “El estado de la Economía de la Salud en Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana”, elaborado entre Fedefarma en conjunto con WifOR Institute, analiza cómo el sector de la salud contribuye a la riqueza global de la sociedad centroamericana.
“A pesar de la baja inversión en salud, las economías de la salud en estos países son motores de crecimiento en la región, siendo grandes contribuyentes al PIB nacional y a la generación de empleos”, dijo María Cristina Álvarez, consultora de WifOR , quien habló en un webinar para presentar el estudio.
Según el estudio, la economía de la salud crea una huella económica de más de US$ 50.000 millones entre los cuatro países, más que el PIB boliviano; además que provee empleo al 10% de la fuerza laboral, generando alrededor de 2,2 millones de empleos, que es mayor a la fuerza laboral de Uruguay.
La investigación también propone a los Estados a incrementar su inversión en salud como una herramienta para impulsar el desarrollo económico y social, la productividad y la calidad de vida de los ciudadanos.
Sin embargo, advierte que “la experiencia internacional indica que un aumento en los recursos no necesariamente conduce a un mejor sistema de salud, en ausencia de herramientas para medir y mejorar los resultados”.
Fedefarma sugiere también “un cambio de paradigma de los gobiernos para que dejen de ver la inversión en salud como un gasto y la vean como una inversión a largo plazo que se traducirá en crecimiento socioeconómico”.
Otra de las conclusiones muestra que la inversión en salud impacta directamente en la economía de los países y que los porcentajes de inversión asignados y las prácticas de gestión presupuestaria aún necesitan de un esfuerzo colaborativo para alcanzar su máxima eficiencia.
Según los datos oficiales, en Costa Rica y Panamá el gasto público en salud oscila entre el 5% y el 5,3% del Producto Interno Bruto (PIB), pero en Guatemala es de 2,4% y en República Dominicana de 2,7%.