Latinoamérica es una de las regiones con mayor pobreza y desigualdad en el planeta, pero también tiene un potencial de desarrollo que, por el momento, se está desaprovechando. Y una de las áreas que podrían traccionar a las economías en mayor medida de lo que se ve en la actualidad es la explotación mineral.
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), América Latina es un productor consolidado de varios minerales esenciales para las tecnologías de energías limpias y podría aprovechar su “bien asentado sector minero” para diversificarse hacia nuevos minerales y ayudar a la economía mundial a evitar las carencias y los cuellos de botella que podrían amenazar las transiciones hacia las energías limpias.
La región ya produce grandes cantidades de litio, necesario para las baterías, y cobre, y sustenta, además, la expansión de las energías renovables y las redes eléctricas. Pero América Latina podría expandirse en una serie de materiales, como los elementos de tierras raras, necesarios para los motores de los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas, y el níquel, componente clave de las baterías.
“Sin embargo, para aprovechar este potencial, las actividades mineras deben adherirse a normas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) estrictas y también buscar formas de generar beneficios tangibles para las comunidades locales”, aclara IEA.
Grafito, níquel, manganeso
En lo que refiere a grafito, níquel, manganeso y elementos de tierras raras, la entidad internacional sostiene que Brasil posee alrededor de una quinta parte de las reservas mundiales de cada uno de estos recursos, pero al día de hoy sólo produce cantidades pequeñas o moderadas, entre el 0,2% de la producción mundial de elementos de tierras raras y el 7% en el caso del grafito.
Además, IEA indica que América Latina aún no ha atraído suficientes inversiones acordes con su potencial; por ejemplo, sólo el 7% del presupuesto mundial de exploración de níquel y elementos de tierras raras se destina a la región.
México y Colombia aún no explotaron su potencial en cobre
América Latina representa el 40% de la producción mundial de cobre, encabezada por Chile (27%), Perú (10%) y México (3%).
Si bien la cuota de reservas mundiales de la región es muy similar a su cuota de producción, la Agencia Internacional de Energía advierte que Colombia tienen un potencial sin explotar.
“Los productores actuales podrían aumentar rápidamente la producción, pero podrían tener problemas de eficiencia a largo plazo debido a la disminución de la calidad del mineral. La cuota de la región en el gasto mundial en exploración de cobre ha pasado del 35% al 45% en la última década, lo que indica el potencial de nuevos aumentos de producción”, indica el informe.
Cabe señalar que Colombia ha lanzado recientemente una hoja de ruta estratégica, la Ruta del Cobre, para ampliar la industria nacional de este mineral. Sin embargo, lamenta la IEA que “una mayor información por sí sola no bastará para desencadenar la inversión necesaria para explotar plenamente estos recursos”.
Bolivia, el gigante dormido del litio
En la actualidad, la región suministra el 35% del litio mundial, encabezada por Chile (26%) y Argentina (6%), segundo y cuarto productores mundiales, respectivamente. La región posee más de la mitad de las reservas mundiales de litio, situadas principalmente en Argentina (21%) y Chile (11%). Bolivia también posee enormes recursos de litio sin explotar, casi comparables al tamaño de las actuales reservas mundiales de litio, aunque la falta de infraestructuras impide que sean económicamente viables.
Según información del Servicio Geológico de los Estados Unidos, Bolivia es el país con más recursos de litio del mundo, pero a la hora de ver qué sucede con las reservas, ni siquiera figura en el rubro “otros países”. ¿Cuál es la diferencia entre recursos y reservas? Los recursos de litio se refieren a una cantidad estimada de litio que existe en la tierra, en una zona geográfica en particular. En cambio, una reserva de litio es una parte de un recurso de litio que ya se ha evaluado y se espera que sea económica para la producción y venta.
Brasil, por su parte, produce el 2% del litio del mundo.
Qué participación tiene Latinoamérica, mineral por mineral
- Plata: Latinoamérica produce el 50% de la plata del mundo (México, 23%; Perú, 13%; Chile, 7%; Argentina, 3%; resto de Latinoamérica 4%). La región tiene el 39% de las reservas de plata del mundo.
- Cobre: Latinoamérica produce el 40% del cobre del mundo (Chile, 27%; Perú, 10%, México, 3%). La región cuenta con el 38% de las reservas de cobre del mundo.
- Litio: El 34% del litio que se produce en el mundo sale de Latinoamérica (Chile, Chile, 26%; Argentina, 6%; Brasil, 2%). La región tiene el 52% de las reservas de litio del mundo.
- Estaño: El 23% de la producción de estaño del mundo es latinoamericana (Perú, 10%; Brasil, 7%; resto de Latinoamérica, 6%). En la región se encuentra el 20% de las reservas de estaño del mundo.
- Zinc: América Latina produce el 22% del zinc del mundo (Perú, 12%; México, 6%; resto de Latinoamérica, 4%). El 17% de las reservas de zinc del mundo están en la región.
- Níquel: Solo el 10% del níquel del mundo sale de Latinoamérica, pese a que la región posee el 22% de las reserva mundiales de este minerales. Brasil representa el 3% de la producción mundial de níquel y el resto de los países de Latinoamérica, en su conjunto, el 7%.
- Bauxita: El 8% de la producción de bauxita del mundo está en Brasil, que es el único país de Latinoamérica que lo produce. El volumen de producción es coincidente con el porcentaje de reservas.
- Grafito: Brasil también produce el 7% de grafito del mundo, siendo el único país de la región que trabaja este material. El 22% de las reservas de grafito del mundo están en Latinoamérica.
Migración hacia China de la industrialización
Un informe de 2021 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), consigna que el cobre de mina producido por América Latina aumentó del 24,1% del total mundial en 1990 al 43,8% en 2020, pero advierte que, al mismo tiempo, la capacidad de fusión y refinación se redujo del 21,9% al 11,2%, lo que significa que la mayor parte del cobre producido se exporta actualmente en concentrados.
La migración de la capacidad de fusión y refinación hacia China y otros países de Asia trajo consigo consecuencias que representan vulnerabilidades y a la vez oportunidades para los países latinoamericanos. El estudio concluye que la construcción de nueva capacidad de fusión y refinación en América Latina aborda estas vulnerabilidades y es viable económica y tecnológicamente.
Los conflictos socioambientales
La propia IEA reconoce que las normas medioambientales no sólo son cruciales para proteger el medio ambiente, sino también para obtener y mantener el apoyo de las comunidades locales.
“Las grandes catástrofes de la última década han alimentado el sentimiento antiminero. Ejemplos destacados son el vertido en 2014 de 40.000 metros cúbicos de ácido sulfúrico sobre el río Sonora, en México, que afectó al suministro de agua de miles de personas, y el desastre de la presa de relaves de Brumadinho, en Brasil, en 2019, en el que murieron 270 personas”, sostiene el documento.
Aunque los países latinoamericanos han establecido marcos para la concesión de licencias y la regulación medioambiental, aún hay margen de mejora en cuanto a la aplicación y el cumplimiento de las normas, según un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo.