Ciudad de Panamá — De los 97,624 migrantes que hasta el momento han atravesado la selva de Darién, árealimítrofe ente Panamá y Colombia, 35,774 son de origen venezolano, 24,767 haitianos, 15,386 ecuatorianos, e incluso se registran personas provenientes de China e India, unos 4,408 y 2,689, respectivamente.
Los datos del flujo migratorio, proporcionados por las autoridades panameñas, dan cuenta de la necesidad de adelantar acciones concretas que eviten que el también conocido como el Tapón del Darién continúe siendo un corredor de muerte y dolor, según acordaron los Defensores del Pueblo de Panamá y Colombia.
Reunidos este miércoles en Darién, el Defensor del Pueblo de Panamá, Eduardo Leblanc, y su homólogo colombiano, Carlos Camargo Assis, no dudaron en afirmar que en esa zona “se está consolidando la peor crisis humanitaria del mundo”.
Testimonios de los migrantes detallaron las formas de cómo delinquen los criminales que les quitan el dinero y las pocas pertenencias que llevan consigo durante la travesía, además del maltrato psicológico al que los someten cuando van con sus familias rumbo a Estados Unidos.
Al cruzar esta zona de tránsito, en donde muchos son conscientes de los peligros a los que se verán expuestos, los migrantes también son víctimas del abuso sexual de mujeres, incluidas las menores de edad.
Esta situación, según los Defensores del Pueblo, da pie a que se de esta primera alerta binacional, tendiente a frenar a quienes pasan miles de penurias en búsqueda del llamado sueño americano.
Camargo de Assis sostuvo que desde las dos Defensorías del Pueblo “seguiremos trabajando para que los gobiernos garanticen una migración libre, ordenada y digna. Por esta razón, les presentaremos a los dos gobiernos y a la comunidad internacional, la primera alerta temprana binacional que recoge la voz de los migrantes”.
Por su parte, Leblanc destacó que dicha alerta binacional “es la continuación de un trabajo arduo, un trabajo con el que queremos concientizar a las personas, a todos aquellos que cruzan el Darién, a aquella población que hoy se dedica al flujo migratorio y abandona escuelas, abandona campos y abandona cultivos”.
Los defensores instaron a las entidades gubernamentales de Panamá y Colombia, así como de los países de origen de la mayor cantidad de migrantes, Venezuela y Ecuador, a adelantar acciones concretas que eviten que el Tapón del Darién continúe convirtiéndose en un corredor de muerte y dolor, reiterando que en esa región fronteriza “claramente se está consolidando la peor crisis humanitaria del mundo”.