Disputa por el salmón chileno alerta a las empresas chinas en el extranjero

En un proceso de arbitraje en Chile, la empresa Joyvio Food Co., unidad de Legend, busca el reembolso total más perjuicios por su compra de Australis Seafoods en 2019

Trabajadores filetean salmón en una planta procesadora en Puerto Montt, Chile. Fotógrafo: Luis Sergio/Bloomberg
Por James Attwood - Hallie Gu
13 de abril, 2023 | 11:48 AM

Bloomberg — Cuatro años después de pagar cerca de US$900 millones por salmoneras chilenas, Legend Holdings Corp. quiere que le devuelvan su dinero en un caso que pone de relieve las dificultades para el avance de China en los mercados mundiales de alimentos.

En un proceso de arbitraje en Chile, la empresa Joyvio Food Co., unidad de Legend, busca el reembolso total más perjuicios por su compra de Australis Seafoods en 2019. Joyvio alega que el propietario anterior —el empresario local Isidoro Quiroga— ocultó el hecho de que la empresa estaba incumpliendo los límites de producción de salmón.

Quiroga respondió la semana pasada con una demanda por difamación en la que argumenta que Joyvio y su directorio —incluido su presidente, Shaopeng Chen— eran plenamente conscientes de la sobreproducción, que era una práctica generalizada entre los centros de engorde de salmón de Chile hasta que comenzó la aplicación de la ley, en 2021. Mientras otros productores se ajustaban a los límites, Australis, controlada por Joyvio, optó por seguir sobreproduciendo, alega el equipo de defensa de Quiroga. Australis no respondió a una solicitud de comentarios.

Salmones en granjas de Porcelana en la provincia de Palena, región de Los Lagos, sur de Chile el 10 de abril de 2021.  Fotógrafo: Alvaro Vidal/AFP/Getty Images

Las inversiones agrícolas chinas en el extranjero son pequeñas en comparación con las de bienes raíces o energía. Pero se han acelerado en la última década a medida que China presiona a las empresas para que se globalicen y Pekín se enfoca en la seguridad alimentaria y en tener un mayor control sobre las importaciones y cadenas de suministro. Muchos proyectos chinos relacionados con alimentos han enfrentado dificultades debido, en parte, a la inexperiencia global. COFCO tuvo dificultades para integrar su adquisición del operador holandés de cereales Nidera y Noble Agri, unidad del agobiado Noble Group. La disputa de Joyvio en Chile también destaca dichas dificultades.

“Es un trago amargo para los inversores de China en Chile, y una lección aprendida de la mala manera”, dijo Francisco Urdinez, director del proyecto Millenium Nucleus on the Impacts of China in LAC, quien se especializa en relaciones Entre China y América Latina.

El caso en Chile ocurre en un momento en que Joyvio intenta recuperarse de una cuarta pérdida anual consecutiva. En una presentación de fines de enero en China, la compañía atribuyó sus problemas a interrupciones relacionadas con la pandemia y la guerra en Ucrania, como el aumento en el precio del alimento para los salmones. La semana pasada, Joyvio dijo que la pérdida de 1.100 millones de yuanes (US$160 millones) de 2022 se debió en parte a las fluctuaciones monetarias y al aumento de las tasas de interés.

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Sin embargo, Australis, su filial chilena, reportó una ganancia de 120 millones de yuanes, un 49% más que el año anterior, gracias a la recuperación de la demanda de salmón y un aumento de los precios mayor de lo esperado.

Joyvio dice que ahora cumple con todas las disposiciones en Chile y llegó a un acuerdo con el regulador, en virtud del cual la empresa evitará multas por la sobreproducción anterior, según un documento presentado a fines de marzo.

El surgimiento de Chile como el principal exportador de salmón después de Noruega se ha visto obstaculizado por una supervisión permisiva que ha conducido a una serie de incidentes ambientales. Para todos los inversionistas extranjeros, no solo los chinos, esto plantea riesgos financieros y pone de relieve la necesidad de que las empresas incorporen consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza más profundas en la planificación de sus proyectos en el extranjero.

Pero Chile ha estado fortaleciendo la supervisión durante la última década para limpiar la industria, lo que significa que la decisión de hacer cumplir los límites de producción no debería haber sido una gran sorpresa. Si bien las empresas chinas han confiado tradicionalmente en las normativas del país anfitrión para la protección ambiental, Pekín quiere que las empresas asuman más propiedad. Donde los estándares locales son insuficientes, el Gobierno instó a las empresas a implementar estándares ecológicos más altos en sus empresas en el extranjero.