Terminar con el tráfico ilícito de personas: el reto de Panamá, Colombia y Estados Unidos

Tres gobiernos se impusieron objetivos a cumplir en un periodo de dos meses para abordar la situación humanitaria de Darién y frenar el tráfico de migrantes que perecen en esta ruta.

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Ciudad de Panamá — Detener o minimizar la migración por la espesa selva de Darién, por la que hasta marzo de este año según las cifras oficiales han pasado unas 87 mil personas, el 59% de ellas suramericanos, es el desafío que se han planteado los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos.

Muchos migrantes han pagado con su vida al transitar por la selva darienita, que marca el límite entre Panamá y Colombia, por lo que reunidos en la capital panameña los representantes de los citados gobiernos convinieron en establecer un periodo de 60 días para trazar los objetivos que conlleven a hacerle frente a este movimiento ilícito.

Como alternativa a la migración se propone establecer nuevas vías para miles de migrantes y refugiados, así como ejecutar un plan para reducir la pobreza, mejorar los servicios públicos y crear oportunidades económicas para las comunidades ubicadas al Norte de Colombia y al Sur de Panamá, mediante alianzas internacionales con el sector financiero, la sociedad civil y sector privado.

Lo anterior quedó plasmado en el encuentro gubernamental mediante una declaración conjunta firmada por la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Janaina Tewaney, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva Durán, y el Secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro N. Mayorkas, reunidos en el país canalero para abordar los problemas regionales, fundamentalmente el problema de la migración irregular.

La búsqueda del llamado sueño americano llevó en 2022 a cerca de 250,000 personas a cruzar Panamá, cifra que el año anterior fue de 133,000, de acuerdo con reportes de Naciones Unidas, basadas en cifras de las autoridades panameñas.

Alejandro N. Mayorkas, Secretario de Seguridad Nacional de EEUU, sostuvo que el aumento en el flujo de migrantes a nivel mundial se debe a una combinación de las guerras, conflictos, el cambio climático y al atenuante de la pandemia de la Covid.

“Debemos hacer más para prevenir este viaje peligroso, debemos prevenir la explotación y los peligros a los que se enfrentan las vidas humanas, debemos interrumpir estas organizaciones internacionales criminales”, afirmó.

Mayorkas fue enfático al señalar que quienes lleguen a EEUU por vías ilegales encararán las consecuencias, toda vez que en enero ingresaron a esa nación, de manera “segura” y sin exponerse a los traficantes, unas 30 mil personas provenientes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití.

La única manera de “atacar la raíz” del problema tomará tiempo y requiere trabajar en conjunto de manera regional, subrayó el funcionario estadounidense.

La delegación de EEUU estuvo representada por la administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Samantha Power, la comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, la general Laura Richardson, y altos representantes de la actual administración.

En Panamá 36 personas perdieron la vida en la selva del Darién en 2022, pero esto sería un subregistro, de acuerdo con datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Se tiene conocimiento de que muchos migrantes mueren en la selva darienita sin que se recuperen sus restos y menos se informe de sus decesos, por lo que la cifra es apenas una pequeña porción de la realidad.

Quienes han logrado sobrevivir a la odisea de transitar la selva darienita han descrito, en entrevistas previas, que han terminado con serios problemas de salud física y mental, producto de los horrores en la travesía que emprenden en la búsqueda de mejores horizontes.