Por qué hay caos financiero en Bolivia, según este economista del IIF

La situación del país sudamericano es por demás delicada, debido a la falta de reservas en dólares en las arcas del Banco Central. La explicación de un economista boliviano

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Bolivia atraviesa una situación de caos financiero, y una de sus manifestaciones más importantes es la vertical caída que vienen sufriendo las reservas del Banco Central (BCB), que hasta 2014 superaban los US$15.000 millones y hoy están en alrededor de un tercio de aquel número. A partir de ello, el riesgo país se disparó a casi 1.900 puntos, cuando al empezar el año estaba por debajo de 600 unidades.

En ese contexto, el macroeconomista boliviano del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Jonathan Fortun, escribió en sus redes un hilo con las explicaciones que le encuentra a este momento tan sensible.

¿Por qué hay un caos financiero en Bolivia?

En principio, Fortun recordó que, durante los últimos meses, la economía de Bolivia ha estado bajo fuerte observación, los precios de los bonos se han disparado, la paridad de la moneda del país está amenazada y tanto Fitch como Moody’s han rebajado la calificación del país a la categoría de deuda basura.

Por otro lado, el economista resaltó que el país ha sido tradicionalmente un exportador de materias primas y, por lo tanto, sus fortunas están fuertemente correlacionadas con los índices de materias primas. Es por ello que, dado el contexto actual, Fortun cree que “se esperaría” que Bolivia disfrutara de una bonanza dado el aumento de los precios y la mayor demanda de energía. Sumado que las principales exportaciones del país se concentran en la explotación de minerales e hidrocarburos, ambas demandan altos niveles de inversión, ya sea del sector privado (en forma de inversión extranjera directa) o a través de la participación del Gobierno.

Sin embargo, tras este diagnóstico previo, el ejecutivo del IFF reseña: “Durante los últimos 18 años, el gobierno de izquierda de Bolivia ha asumido un papel central en la gestión de la explotación y exportación de estos productos básicos, lo que hace que la contribución de la Inversión Extranjera Directa en el país sea casi inexistente”.

Según Fortun, esto último hace que la carga de financiar la investigación y el desarrollo, la exploración y el mantenimiento del sector de hidrocarburos/minería en Bolivia (un sector muy intensivo en capital) termina agregando una presión fiscal al Gobierno.

“Al mismo tiempo, la postura populista del Gobierno ha ampliado constantemente el déficit fiscal para sostener el consumo y la demanda de trabajo (público). Lo que significa que tanto la inversión como el consumo han estado erosionando la posición fiscal”, criticó Fortun.

Subsidios a los combustibles

Fortun detalló que tanto los ingresos por minería como por hidrocarburos han venido sustentando alrededor del 50% de todo el gasto del Gobierno. El inconveniente es que el propio Gobierno de Bolivia ha “fijado” el costo de los combustibles durante bastante tiempo, algo que se logró mediante subsidios para estabilizar el precio local de la gasolina y el diésel. “Este subsidio se ha multiplicado por 6 en los últimos 5 años”, advirtió.

En la misma línea, el Gobierno también ha incrementado sus importaciones de combustibles y lubricantes, en alrededor de 19 veces.

El macroeconomista de IIF resumió: “Tanto la fijación de los precios de la gasolina local como la importación de combustibles han hecho mella en las finanzas del Gobierno, que ha comenzado a idear formas creativas para financiar este déficit”.

La paridad con el dólar, presionada por la falta de reservas

La estabilidad cambiaria de Bolivia es una de las banderas del Movimiento al Socialismo (MAS): desde hace 20 años la cotización del dólar en el país es más o menos la misma.

Al respecto, Fortun relfexionó: “La presión fiscal, combinada con el fortalecimiento general del dólar (debido al riesgo global) ha puesto a prueba la paridad cambiaria. Para sostener esta paridad, el Gobierno ha agotado sus reservas internacionales”.

Y consignó que, además del estrés de las finanzas gubernamentales, las remesas de los trabajadores extranjeros han disminuido constantemente en los últimos meses, lo que significa que las nuevas divisas para financiar la base de la pirámide se están contrayendo.

Por último, el analista sintetizó: “¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno? Controles de capital. Medios locales informan que Banco Central de Bolivia restringe venta de dólares e instituciones financieras locales limitan montos de operaciones en moneda extranjera”.