Bloomberg — Este miércoles llega a China el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un momento en el que el líder del gigante asiático, Xi Jinping, intenta imprimir ímpetu a las negociaciones para detener la guerra en Ucrania tras más de un año desde la invasión por parte de Rusia.
La visita a Shanghái y Pekín coincide con el inicio de la campaña diplomática del presidente chino tras su paso por la capital rusa, donde estrechó vínculos con Vladímir Putin al tiempo que pregonaba el ambiguo proyecto de paz de Pekín por un alto el fuego en el conflicto ucraniano. Durante la última semana, Xi Jinping también recibió a Emmanuel Macron, presidente de Francia, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El líder chino ha intentado pulir sus dotes de mediador después de contribuir a un nuevo acuerdo entre Irán y Arabia Saudita, que aceptaron a regularizar sus relaciones diplomáticas el pasado mes de marzo. Ha conseguido alimentar esa percepción al tiempo que continúa lanzando amenazas a Taiwán con, por ejemplo, amplios ejercicios militares como los que tuvieron lugar el pasado fin de semana, justo después del encuentro de la presidenta Tsai Ing-wen con Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes estadounidense.
Lula ha buscado asimismo ampliar el protagonismo en las iniciativas globales encaminadas a resolver el conflicto ucraniano, un asunto que previsiblemente ocupará un lugar destacado en su encuentro bilateral de este viernes con Xi. El presidente brasileño apoya gran parte del plan chino para acabar con la guerra, como el cese de hostilidades, explicó Mauro Vieira, ministro de Asuntos Exteriores, a un reducido número de reporteros en Brasilia previo al viaje.
“Es urgente que terminemos con las muertes, la destrucción y las actividades que están fomentando la presión inflacionaria en todos los países”, dijo Vieira.
Aun así, Lula tiene reservas sobre la propuesta de China de permitir que Rusia mantenga el control de los territorios ucranianos ocupados, incluso cuando se muestra escéptico sobre el líder ucraniano Volodymyr Zelenskiy.
“Putin no puede quedarse con el territorio ucraniano”, dijo Lula a los periodistas en Brasilia el 6 de abril. “Tal vez no estemos hablando de Crimea, pero lo que invadió recientemente debe reconsiderarse. Pero Zelenskiy tampoco puede tener todo lo que desea”.
Postura de EE.UU.
La iniciativa de China ha sido rechazada de plano por EE.UU. y algunos aliados, que desconfían de cualquier proceso que permita a Rusia mantener ganancias en el campo de batalla. Sin embargo, para Xi, la presión por un alto el fuego en Ucrania también tiene como objetivo contrarrestar los intentos de Estados Unidos de presentar a China como una amenaza para el orden internacional.
Durante la visita de Macron, el líder francés trazó un enfoque diferente a la postura más dura de Estados Unidos sobre Pekín. Y la visita de Lula también ayuda a consolidar los esfuerzos de China para servir como representante de las economías en desarrollo que pueden brindar una alternativa a los EE.UU.
“No es una visita cualquiera, es Lula”, dijo Karin Vázquez, becaria no residente del centro de estudios sobre China y la Globalización, con sede en Shanghái. “Es muy respetado como líder mundial y, desde la perspectiva china, indica la relevancia de Brasil y otros países emergentes en la creación de la ‘Nueva Era’ de Xi”.
Lula, quien se vio obligado a retrasar el viaje el mes pasado debido a un caso leve de neumonía, dijo el año pasado que Zelenskiy era “tan responsable como Putin de la guerra”. Más recientemente, dijo a un canal de televisión local que Brasil estaba “listo para hacer cualquier esfuerzo para garantizar la paz en el mundo”.
Lula comenzará su visita en Shanghái, donde se espera que visite un centro de innovación propiedad de Huawei Technologies Co., la empresa de tecnología que, según Estados Unidos, representa una amenaza para su seguridad nacional.
Luego, el líder brasileño se dirige a Pekín, donde también sostendrá reuniones con el primer ministro Li Qiang y Zhao Leji, presidente de la Asamblea Popular Nacional. Las conversaciones se centrarán en gran medida en el medio ambiente, incluido el monitoreo satelital de la destrucción en la selva amazónica, así como en la agricultura y los productos básicos. Los ministros de Medio Ambiente y Agricultura de Brasil, Marina Silva y Carlos Favaro, acompañarán a Lula en el viaje.
Es la tercera gran visita de Lula al extranjero desde que asumió el cargo a principios de año, luego ir a Argentina en enero y Estados Unidos en febrero. El viaje a Washington ocurrió sin el tipo de misión comercial que viajó a China el mes pasado como parte del viaje previamente programado de Lula, y terminó sin nuevos acuerdos bilaterales sustanciales.
Brasil y China, por el contrario, ya llegaron a acuerdos el mes pasado, cuando Favaro y más de 100 ejecutivos de agronegocios brasileños viajaron a Pekín con la esperanza de impulsar las relaciones comerciales entre las dos naciones. China acordó reabrir su mercado a la carne de res brasileña después de que se suspendiera el comercio durante un mes en medio de investigaciones sobre un caso de enfermedad de las vacas locas, y cuatro plantas de carne brasileñas obtuvieron permisos para enviar a China.
Durante esa visita, Favaro le dijo a Bloomberg News que todavía hay espacio para aumentar el comercio de carne porque la participación brasileña en el mercado chino no es grande. Se esperan más anuncios esta semana después de que se pospusieran los planes para finalizar varios acuerdos nuevos debido a la ausencia de Lula el mes pasado.
El comercio bidireccional de bienes de China con Brasil casi se duplicó desde 2017 a US$171.500 millones el año pasado, según mostraron los datos de las aduanas chinas. China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante 14 años consecutivos, mientras que el país sudamericano es el principal proveedor de soja, pollo y azúcar de China, según cifras proporcionadas por el Ministerio de Comercio.
La relación comercial ha atraído el escrutinio de los ambientalistas que temen que la expansión de la producción de soja y ganado haya ayudado a impulsar la deforestación en ecosistemas como la selva amazónica y la región de sabana del Cerrado de Brasil. Lula se comprometió a proteger el Amazonas y buscará obtener el apoyo de China para ese esfuerzo, como lo hizo con los EE.UU. durante su visita a la Casa Blanca en febrero.
Con la asistenciad de Jasmine Ng, Colum Murphy, Dan Murtaugh y Fran Wang.
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