Bogotá — A pesar de que las expectativas apuntaban a que el aumento del costo de vida ya hubiese tocado techo en Colombia, los precios se incrementaron un 13,34% anual en marzo y el país aún trata de luchar contra la mayor subida en 24 años a medida que las demás economías en Latinoamérica con metas de inflación empiezan a equilibrar sus balanzas.
Colombia sigue sufriendo por alcanzar el techo de la inflación mientras que en las mayores economías de Latinoamérica empieza a moderarse, como es el caso de Brasil (los precios se desaceleraron por décimo mes consecutivo a 5,36% a principios de marzo), México (llegó a su nivel más bajo desde octubre de 2021 a 6,85 % anual en marzo) o Chile (la variación anual del IPC fue del 11,1%, el nivel más bajo desde abril del año pasado).
Luego de que el PIB colombiano creció a una tasa del 7,5% en 2022, el país afrontó “unas presiones de demanda impresionantes” que en otros países latinoamericanos “no se sintió de forma tan fuerte”, manifestó a Bloomberg Línea el jefe de investigaciones Económicas para la Región andina en el banco de inversión brasileño BTG Pactual, Munir Jalil.
“Eso nos deja la inflación con una presión mucho más alta y eso nos genera un problema. La inflación está estancada en una meseta y creemos que vamos a estar ahí por lo menos un rato más. Después de abril vamos a empezar a ver esa inflación empujando para abajo, pero en un proceso que va a ser muy lento”, añadió.
Y aunque se produzca una caída importante en el costo de los alimentos, indica que la indexación se reflejará en el precio de componentes como los arriendos, puesto que una vez se vayan actualizando los contratos se va a trasladar la inflación del año pasado.
Además, ata el fenómeno inflacionario de Colombia a la subida importante del salario mínimo y en menor medida a un efecto rezagado de transferencia a los precios del tipo de cambio. “Si la gente compró las materias primas, los inventarios para producir, a finales del año pasado, lo cierto es que en sus costos de producción sí está entrando todavía el tipo de cambio muy alto porque están gastando apenas ahora esas materias primas”, afirmó.
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Por su parte, el economista jefe de Corficolombiana, Julio Romero, dijo a Bloomberg Línea que la inflación de marzo confirmó que no se ha tocado techo, lo que quiere decir que “el ritmo de aumento anual de los precios siguió acelerándose”.
“En marzo la canasta de bienes y servicios que mide el IPC fue 1,05% más cara que en febrero. Los precios de algunos alimentos se están moderando, en línea con la corrección de algunos costos de producción, pero no lo suficiente para contrarrestar los incrementos que acumulan en los últimos dos años”, ahondó el analista.
El aumento de los precios llevó al ministro de Hacienda colombiano, José Antonio Ocampo, a solicitar ayuda a los empresarios para “moderar la inflación de productos industriales y de servicios”, un pedido que generó opiniones divididas entre los analistas.
Julio Romero manifiesta que, a diferencia de 2022, “la inflación en 2023 está siendo impulsada más por componentes distintos a alimentos, como servicios (arriendos, educación, restaurantes), bienes (vehículos, electrodomésticos, productos de aseo), y los componentes regulados (servicios públicos, combustible)”.
Explica que, en este escenario y en términos agregados, “hay evidencia de que las empresas han evitado trasladar totalmente el aumento de los costos. El IPP tuvo variaciones anuales cercanas al 30%, mientras que el IPC parece estar llegando a un techo de 13,3%”.
“Esa diferencia entre inflación al productor e inflación al consumidor refleja que el choque de materias primas lo asumieron de forma importante las empresas. A esto se suma la depreciación extraordinaria del peso colombiano (COP) en el último año y el incremento en costos tributarios y laborales por la reforma tributaria y el aumento del salario mínimo”.
Acuerdo con los empresarios
Luego de que se divulgaran los datos de inflación, el presidente Gustavo Petro destacó que se ha llegado a un acuerdo con la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) y la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) para “diseñar e implementar medidas para la reducción de los precios de los alimentos”.
En marzo pasado la variación mensual de la división de alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 0,91%, con bajadas en productos como la carne de aves, el azúcar, la zanahoria, la cebolla, las papas, la yuca y el tomate.
De hecho, el mes pasado las subclases con las menores contribuciones fueron tomate con -0,04 puntos porcentuales (pps), papas con -0,03 pps y cebolla con -0,01 pps.
“Aquí hay es que buscar las medidas que contribuyan a reducir el costo de producir comida”, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el presidente de la SAC, Jorge Enrique Bedoya, quien nombró variables que están disparando la inflación como el alto costo del crédito por las tasas de interés, la depreciación, los problemas generados por el clima, los mercados internacionales y la volatilidad de los insumos, que son temas para tratar con el Gobierno en este diálogo que tendrán con ellos.
Para Bedoya, uno de los puntos clave de esta conversación es qué va a pasar con la reforma laboral “porque no debe incrementar el costo de producir alimentos vía la mano de obra”.
“Definitivamente nosotros no contemplamos para nada las medidas de control de precios, que está probado que lo que generan es más inflación, pueden generar mercados paralelos, pueden llegar a generar escasez y por eso aquí hay que atacar son los elementos que se pueden trabajar, por la vía de los costos de producción y tener siempre presente que la inflación es el resultado de la interacción entre la oferta y la demanda de alimentos en el país”, señaló Bedoya.
Y reiteró que desde la SAC procuran que haya una producción rentable de alimentos y que se garantice la soberanía alimentaria y por eso llevarán este mensaje al diálogo con el Gobierno.
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