Bloomberg — El presidente francés, Emmanuel Macron, urgió a los países europeos a desarrollar una mayor autonomía estratégica para evitar convertirse en “vasallos” en un eventual escenario de confrontación entre EE.UU. y China.
“La autonomía estratégica debe ser la batalla de Europa”, declaró el presidente francés al diario económico Les Echos durante su visita a China la semana pasada. “No queremos depender de otros en temas críticos”, dijo Macron en la entrevista, publicada el domingo, citando asuntos como la energía, la defensa, las redes sociales y la inteligencia artificial. Político publicó comentarios similares.
En esa línea, Macron advirtió en contra de lo que llamó la “extraterritorialidad” del dólar estadounidense, que puede forzar a compañías europeas a evitar hacer negocios con terceros países ante el riesgo de exponerse a violar sanciones.
“Si las tensiones entre las dos superpotencias se recrudecen, no tendremos tiempo ni recursos para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos”, declaró Macron a Politico.
Durante la visita de Macron a China, en la que viajó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, trató de delinear una diferencia en las relaciones en comparación con el enfoque más duro de Estados Unidos hacia Pekín. Europa trata de encontrar un equilibrio mediante el compromiso con China en materia de comercio e inversión, al tiempo que exige el respeto de los derechos humanos y la soberanía territorial de Ucrania, entre otras cosas.
Las entrevistas se realizaron antes de que China realizara simulacros militares en torno a Taiwán el sábado, en represalia por la visita a Estados Unidos la semana pasada de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-Wen. China ha prometido poner Taiwán bajo su control algún día, por la fuerza si es necesario. El Partido Democrático Progresista de Tsai afirma que Taiwán es una nación independiente.
“La pregunta a la que deben responder los europeos es: ¿nos interesa acelerar [una crisis] en Taiwán? No”, dijo Macron a Politico. “Lo peor sería pensar que los europeos debemos convertirnos en seguidores en este tema y seguir el ejemplo de la agenda de Estados Unidos y de una reacción exagerada de China”.
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