¿Qué han ganado los países de Centroamérica al acercarse a China?

Por décadas, la potencia asiática preeminente en Centroamérica no fue la República Popular China, sino Taiwán, pero esto ha cambiado desde 2007

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Bloomberg Línea — Hasta hace unos años, China no tenía interés en Centroamérica, básicamente debido a la falta de materias primas, pero desde 2007 a la fecha, su huella por la región, que alguna vez fue firme para Taiwán, sigue extendiéndose.

Costa Rica, Panamá, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y más recientemente Honduras, han establecido relaciones diplomáticas con Pekín alentados por las promesas chinas.

Del bloque que conforman el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), solo Guatemala y Belice reconocen la soberanía de Taipéi, la cual reafirmaron en la visita que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen, hizo a esos países hace unos días.

Los dos países centroamericanos representan dos de los 13 aliados formales de Taiwán en todo el mundo.

Tsai dijo durante esta gira que la isla asiática enfrenta “constantes amenazas y presiones del vecino del otro lado del Estrecho de Taiwán (China)”, debido a que las relaciones de Taipéi con las “democracias alrededor del mundo han crecido fuertemente en años recientes”.

Cuando Honduras oficializó el 26 de marzo las relaciones con la potencia asiática, la embajada de facto de Estados Unidos en Taipéi, dijo que China a menudo hace promesas a cambio de un reconocimiento que siguen sin cumplirse.

¿Por qué China está ahora interesada en Centroamérica?

China no solo tiene un interés comercial, sino también político, plantea un artículo de Zdeněk Rod y Michal Himmer, investigadores del área de Ciencias Poíticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de Bohemia Occidental en Pilsen, Plzen, República Checa, el cual ha sido publicado en la revista académica Latin American Policy.

La República Popular China está allanando su camino hacia Centroamérica, que se considera un área estratégica de interés de los Estados Unidos. Como sugiere la evidencia actual, habrá una competencia entre las dos grandes potencias de la región”, sostienen los expertos.

Para Evan Ellis, profesor de investigación para América Latina en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, esta región es importante para ampliar la influencia geopolítica china sobre el caso de Taiwán, debido al interés del presidente Xi Jinping que desea poner políticamente a este territorio de 23 millones de personas bajo su control antes de que termine su tercer mandato en el 2027.

La relación de China con Centroamérica, ha sido históricamente insignificante. Sin embargo, mucho ha cambiado, especialmente desde 2007, cuando Costa Rica se convirtió en la primera nación centroamericana en el milenio en romper con Taiwán y reconocer a la República Popular China.

La medida vio a Costa Rica beneficiarse de mayores flujos comerciales con China, mayor inversión y un nuevo estadio deportivo nacional, entre otros proyectos de infraestructura y desarrollo.

El caso de Panamá es similar. A principios de milenio, sus exportaciones a la República Popular China totalizaron US$ 2 millones y sus importaciones procedentes de China ascendieron a sólo US$ 41 millones, según registros.

Esto cambió tras reconocer a China en junio de 2017, cuando el gobierno panameño abrió negociaciones sobre un tratado de libre comercio y se convirtió en el primero de la región en firmar la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

En consecuencia, el comercio bidireccional se multiplicó por un factor de 22%. Las exportaciones de Panamá a China aumentaron a US $ 33 millones en 2019, sus importaciones de China se multiplicaron a 27 veces esa cifra.

La afiliación de Panamá prometió mucho y pronto se cumplió. Más de 20 proyectos de infraestructura han sucedido o han sido promocionados, que van desde puertos y terminales conectadas al Canal de Panamá hasta un cuarto puente sobre la vía fluvial, líneas ferroviarias, líneas de transmisión de electricidad y telecomunicaciones.

Los lazos con República Dominicana

República Dominicana anunció en mayo de 2018 la ruptura de los lazos con Taiwán para establecerlos con China.

Según reportes locales, la República Popular China ofreció a Dominicana una cartera inicial de proyectos por valor de US$ 3.000 millones, a los que seguirían otros US$ 10.000 millones en inversiones.

A pesar de los anuncios, el progreso chino se detuvo brevemente por los efectos devastadores de la pandemia; y la elección de un nuevo presidente, Luis Abinader, en julio de 2020. El actual mandatario es más sensible a la relación entre Estados Unidos y República Dominicana que su predecesor, Danilo Medina.

Durante la etapa más difícil de la crisis sanitaria, China facilitó a la República Dominicana la compra de casi 16 millones de dosis de la vacuna de Sinovac, además de donarle otras 50.000 dosis de la vacuna de Sinopharm.

La relación con El Salvador y Nicaragua

El Salvador, bajo el izquierdista Salvador Sánchez Cerén, anunció establecer lazos con China en agosto de 2018. Aunque se creía que Nayib Bukele daría marcha atrás a la decisión diplomática, las sospechas se desvanecieron.

El actual gobierno ha firmado un financiamiento de desarrollo por valor de US$ 500 millones para diferentes proyectos, desde un nuevo estadio deportivo hasta una biblioteca nacional y su preciado plan para convertir parte de la costa del Pacífico de El Salvador en Surf City.

Bukele también respaldó un acuerdo anterior para que China construya un nuevo puerto de aguas profundas en el Golfo de Fonseca para dar servicio a una zona económica especial (ZEE).

En Nicaragua, Daniel Ortega cortó por primera vez los lazos con Taiwán en 1986 después de derrocar al régimen de Somoza respaldado por Estados Unidos y ganar las elecciones posteriores.

Sin embargo, su sucesora Violeta Chamorro volvió a Taipéi en 1990, una medida que Ortega decidió no revocar cuando fue reelegido en 2006, sino hasta diciembre de 2021.

Hasta ahora, la relación de China con Nicaragua se ha limitado a la donación de vacunas y insumos médicos. El proyecto más notorio es la construcción de viviendas sociales por US$ 60 millones, que comienza este mes.

Sin embargo, la eterna promesa ha sido un canal interoceánico valorado en US$ 50.000 millones, que Ortega habló con empresarios chinos en 2014, pero del que hasta ahora no hay noticias.

La ruta del Gran Canal buscaba atravesar el sur del país, de este a oeste, con una extensión de 278 kilómetros, prometiendo el paso de una nueva generación de buques portacontenedores.

En Honduras, el canciller Eduardo Enrique Reina dice que el país centroamericano espera tener una mayor cooperación en los ámbitos comercial, de inversión, cultural y social para el beneficio mutuo.