La revolución de la inteligencia artificial generativa podría contribuir al avance hacia una semana laboral de 4 días al impulsar la productividad de numerosos empleos, según un ganador del premio Nobel sobre la economía del trabajo.
Christopher Pissarides, profesor de la London School of Economics especializado en el impacto de la automatización en el mundo del trabajo, dijo que el mercado se puede adaptar lo suficientemente rápido a este tipo de herramientas.
“Soy muy optimista en cuanto a que podríamos aumentar la productividad”, dijo en una entrevista en una conferencia en Glasgow. “Podríamos aumentar nuestro bienestar general desde el trabajo y podríamos dedicar más tiempo al ocio. Podríamos pasar a una semana de cuatro días fácilmente”.
Los chatbots, como ChatGPT de OpenAI y Bard de Google, han sido aclamados como una tecnología potencialmente transformadora que podría causar un auge de la productividad, pero también exponer a cientos de millones de empleos de cuello blanco.
Pissarides ha investigado previamente el impacto de la automatización en los puestos de trabajo a través del Informe Pissarides sobre el Futuro del Trabajo y el Bienestar. Ganó el Premio Nobel de Economía por su trabajo sobre las fricciones del mercado laboral.
Pissarides afirma que la tecnología aún podría dar un giro malévolo, como ser utilizada para la vigilancia o la invasión de la privacidad. Pero, si se utiliza bien, puede suponer una “gran diferencia” en la productividad.
“Podrían eliminar muchas de las cosas aburridas que hacemos en el trabajo... y dejar sólo las cosas interesantes a los seres humanos”, afirmó. La transición para los trabajadores será menos dolorosa si las empresas la adoptan más lentamente, a pesar de que la tecnología “avanza rápido”, añadió.
A algunos les preocupa el impacto que la tecnología pueda tener en la sociedad. Algunos líderes tecnológicos, entre ellos Elon Musk, firmaron el mes pasado una carta abierta en la que pedían una pausa en la formación de potentes sistemas de inteligencia artificial.
“Simplemente no hay límite a la cantidad de trabajo que la humanidad podría generar si realmente quiere trabajar”, dijo Pissarides. “Tardará mucho en tener un impacto real y durante ese tiempo la gente se ajustará. Lo que se necesita en este ajuste es básicamente mejorar las cualificaciones”.
Sus declaraciones siguen a un informe de Goldman Sachs (GS) que calculaba que 300 millones de puestos de trabajo están expuestos en todo el mundo a la IA generativa, como ChatGPT. Los economistas del banco también argumentaron que podría ser transformadora para la productividad y el crecimiento del PIB.
Las economías avanzadas han sufrido un retroceso en las ganancias de productividad desde la crisis financiera, ralentizando notablemente el crecimiento del PIB.
“La combinación de un importante ahorro de costos laborales, la creación de nuevos puestos de trabajo y una mayor productividad de los trabajadores no desplazados plantea la posibilidad de un auge de la productividad que eleve sustancialmente el crecimiento económico”, afirmaron los economistas de Goldman en un informe el mes pasado. “Estimamos que la IA podría llegar a aumentar el PIB mundial anual en un 7%”.
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