Bogotá — Algunos directores reiteraron que los incrementos de las tasas de interés de política monetaria desde 1,75% en septiembre de 2021 a 12,75% en enero de 2023, han moderado la dinámica de la demanda, como lo ilustran las caídas en el valor en dólares de las importaciones a partir de noviembre, al igual que otros indicadores de demanda.
Al respecto anotaron que, aunque los resultados del ISE para enero estuvieron por encima de lo esperado, la información obtenida a partir de las reuniones con empresarios y de las encuestas de opinión empresarial sugieren como poco probable que una dinámica tan positiva se mantenga en los próximos meses.
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Resaltaron las señales alentadoras en materia de inflación, a pesar del incremento estacional del rubro de educación en febrero, que fue compensado por la moderación de la inflación de alimentos y de las tarifas de energía eléctrica.
Agregaron que el crecimiento del crédito de consumo ha venido reduciéndose desde tasas cercanas a 23% anual en el tercer trimestre de 2022 hacia tasas inferiores al 13% a mediados de marzo.
Subrayaron que, a pesar de su volatilidad, la tasa de cambio ha evolucionado de forma positiva desde los elevados niveles de octubre de 2022.
En materia de riesgos resaltaron la reducción de más de 3 puntos porcentuales desde octubre de la tasa de interés de los TES, lo que refleja una mejora en el sentimiento de confianza.
A lo anterior contribuiría la perspectiva del equipo técnico de una reducción del déficit externo en la cuenta corriente de la balanza de pagos de 6,2% del PIB en 2022 a 4% del PIB en 2023, pese a una caída importante en los precios de los productos básicos de exportación, en particular el petróleo.
Otros directores manifestaron que, si bien hay señales alentadoras en cuanto a la desaceleración de la inflación total, se mantiene la persistencia de la inflación básica presionada por los efectos de la indexación de precios.
Además, destacaron que, si bien las expectativas de inflación a uno y dos años vista se redujeron entre enero y marzo, las expectativas para fin de 2023 de los analistas económicos según la medición de marzo de la encuesta del Banco de la República se incrementaron nuevamente.
Sostuvieron que de mantenerse elevadas estas expectativas, podrían dificultar el proceso de convergencia a la meta en los plazos planteados, en virtud de la importancia específica que el registro de inflación de fin de año tiene sobre ajustes en diversos precios y tarifas de cara al año siguiente.
Agregaron que las señales de una menor desaceleración de la actividad económica podrían prolongar el dinamismo del consumo privado y retardar la corrección de los excesos de demanda.
Anotaron que la sensibilidad de la economía a choques externos se ha incrementado y subsiste el riesgo de una elevada volatilidad de la tasa de cambio, más aún ante perspectivas de menores precios del petróleo.
Resaltaron que, a pesar de los avances previstos en el ajuste de las finanzas públicas, persiste la presión del déficit fiscal sobre la demanda agregada y el desbalance externo.
Finalmente, recordaron que los incrementos de las tasas de interés en economías desarrolladas reducen la competitividad de Colombia en el mercado internacional de capitales y, en tales condiciones, subrayaron la necesidad de consolidar la posición contraccionista de la política monetaria para asegurar la senda de desinflación deseada y reestablecer el equilibrio macroeconómico. Notaron que el crédito sigue creciendo a tasas más rápidas que los agregados monetarios amplios (M2 y M3). Al respecto, advirtieron el riesgo de desacelerar los ajustes de la tasa de política frente al evento de tener que incrementarla más adelante.