El magnate naviero Wilmer Ruperti aseguró que su caso con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) había sido absuelto tras una auditoría con la estatal venezolana, que anteriormente había exigido un pago de más de US$420 millones por exportaciones de coque de petróleo a su compañía Maroil Trading Inc.
Ruperti, uno de los empresarios que han hecho negocios con la empresa petrolera estatal de Venezuela a pesar de las sanciones, dice que PDVSA realizó la auditoría hace dos semanas después de que los cargamentos de exportación de petróleo revelaran una deuda pendiente de US$423,7 millones.
La situación “ahora está resuelta”, dijo Ruperti en una entrevista telefónica con Bloomberg.
PDVSA no respondió a las solicitudes de comentarios sobre la auditoría. El monto de las cuentas por cobrar pendientes de Maroil fue reportado por primera vez por Reuters el martes, citando documentos proporcionados por la división comercial de PDVSA.
La auditoría de Maroil Trading, con sede en Panamá, se produce en medio de una amplia investigación de corrupción en la industria petrolera de Venezuela que reveló miles de millones en ingresos faltantes y condujo a por lo menos 21 arrestos. El ministro de Petróleo del país y aliado cercano del presidente, Tareck El Aissami, renunció en medio de la investigación, que siguió a una revisión exhaustiva de las finanzas de PDVSA y una revisión minuciosa de los contratos ordenada por el titular de la empresa, Pedro Tellechea.
En 2017, Maroil ganó una licitación del Gobierno, dijo Ruperti, y desde entonces ha vendido 2,6 millones de toneladas de coque de petróleo, un subproducto de la refinación de crudo pesado, el tipo que produce principalmente Venezuela, que utilizan las cementeras y siderúrgicas de todo el mundo.
Ruperti fue noticia en 2002-2003 cuando ayudó al difunto presidente venezolano Hugo Chávez, a romper una huelga general de tres meses importando gasolina, aliviando una grave escasez de combustible que avivaba los disturbios contra el Gobierno.
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