Bloomberg — Tras permanecer 3 meses de vacaciones en Florida, se prevé que el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro regrese finalmente al país sudamericano este jueves para hacerse con el liderazgo de la oposición y enfrentarse al gobierno de su adversario, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Los partidarios de Bolsonaro aguardaban con ansias su retorno, luego de que sufriera una ajustada derrota en las elecciones presidenciales de 2022. Desde el Partido Liberal confían en que convoque a sus aliados en el Congreso y a sus seguidores en todo Brasil, con lo que dará una sacudida a los esfuerzos de la oposición en un momento en el que se agudizan las dificultades para la administración de Lula.
Sin embargo, el retorno a Brasil también supone algunos riesgos para Bolsonaro, quien a sus 68 años afronta una avalancha de procesos judiciales e investigaciones, entre ellas una investigación sobre su presunta implicación en el intento de insurrección en Brasilia del pasado 8 de enero por parte de grupos derechistas que se resistieron a asumir la derrota en los comicios del pasado mes de octubre.
El exmandatario también es objeto de críticas por unas joyas valoradas en US$3 millones que un aliado suyo trató de introducir en el país tras un viaje oficial a Arabia Saudita, siendo Bolsonaro aún presidente, así como por nuevos reportes esta semana de que pudo haber tratado de esconder otros obsequios oficiales del ojo público.
Aunque Bolsonaro atrajo la atención del exterior, tendrá más poder para comandar la oposición a Lula desde Brasil, dijo Nara Pavão, profesora de política en la Universidad Federal de Pernambuco.
“Bolsonaro ha intentado a lo largo de este exilio autoimpuesto ponerse en una posición de mártir para mantener unido a su grupo”, dijo Pavão. “Pero su visibilidad disminuyó”.
“Su regreso tendrá muchas consecuencias, y la primera es que le dará más fuerza al bolsonarismo”, agregó, utilizando el nombre popular de su marca política.
Dejando a un lado las preocupaciones legales, Bolsonaro ha insistido durante sus vacaciones en Estados Unidos en que eventualmente regresaría para hacerse cargo del movimiento.
“Estamos volviendo a la normalidad”, dijo en una entrevista con medios brasileños esta semana. “Me reuniré con el partido, que tiene aproximadamente el 20% de los escaños en la Cámara Baja y el Senado, y discutiremos cuál es nuestra estrategia”.
Vuelo Comercial
Está previsto que Bolsonaro aterrice en Brasilia la madrugada del jueves en un vuelo comercial procedente de Orlando, donde ha estado desde que salió de Brasil dos días antes del final oficial de su mandato. Representantes de su Partido Liberal le dijeron a Bloomberg News que solicitaron al gobierno de la capital del país que refuerce la seguridad del aeropuerto para prepararse para su llegada.
Si bien algunos de sus aliados inicialmente se distanciaron de Bolsonaro después de los impactantes disturbios que causaron la destrucción desenfrenada de importantes edificios en Brasilia, es probable que el expresidente conserve una influencia considerable en el Congreso, que es clave para la gobernabilidad de Brasil.
El Partido Liberal ganó la mayor parte de los escaños en la legislatura el año pasado, ocupando 99 de los 513 puestos de la cámara baja. Los líderes del partido consideran que la presencia de Bolsonaro es vital para sus esfuerzos por elegir a más de 1.000 alcaldes en 2024, frente a los 352 de 2020. El partido dijo que planea convertir a Bolsonaro en su “presidente honorario” y pagarle un salario “como un juez de primera instancia”, actualmente alrededor de 42,000 reales (US$$8.078) por mes.
Naturalmente, asume el papel de líder de la oposición”, dijo el legislador Eduardo Bolsonaro sobre la estrategia de su padre en una entrevista el martes. “El presidente Bolsonaro tiene un papel nacional y creo que aceptará el plan de viajar por todo el país”.
Vacaciones en Florida
El final de la estadía de Bolsonaro en Florida también resolverá un dilema diplomático tanto para la Casa Blanca como para la administración de Lula. El presidente Joe Biden ha enfrentado preguntas desde enero sobre si se permitiría al líder brasileño permanecer en los EE.UU., especialmente después de que solicitó una visa de turista de seis meses. El gobierno de Brasil también ha considerado sus opciones para una solicitud de extradición de Bolsonaro, aunque Lula dijo que tal decisión recaía en los tribunales.
Al mismo tiempo, el plan del expresidente de vivir en Brasilia, a pocos kilómetros del centro de poder del país, también puede ayudarlo a encabezar una oposición más efectiva a Lula. Casi 100 días después de su administración, el líder izquierdista enfrenta una creciente montaña de problemas: enfrenta la posibilidad de una recesión económica, ha pasado semanas en una lucha prolongada con el banco central en un esfuerzo por reducir las tasas de interés y aún tiene que comprobar el tamaño de su base en el Congreso antes de presentar propuestas clave para cambiar la Constitución.
Pero el regreso de Bolsonaro también podría reforzar las marcadas divisiones políticas de una manera que podría ayudar a Lula, especialmente entre los brasileños más moderados, dijo Pavão.
“Gran parte del apoyo que obtuvo Lula en las elecciones provino del rechazo a Bolsonaro”, dijo.
Una vez establecido en Brasil, los aliados de Bolsonaro esperan que comience a recorrer el país, organizando el tipo de desfiles de motocicletas que se convirtieron en un sello distintivo de su campaña de 2022. Michelle Bolsonaro también está organizando mítines en todo Brasil y considerando una posible candidatura si los jueces electorales dictaminan que su esposo no es elegible para postularse nuevamente como resultado de sus problemas legales, según dos personas familiarizadas con el plan.
“Tiene todas las condiciones para oponerse al gobierno actual con el fin de asegurar su regreso en 2026, si quiere”, dijo en una entrevista Hamilton Mourao, vicepresidente del gobierno de Bolsonaro y ahora senador.
Lea más en Bloomberg.com