Caracas — Con un promedio salarial general de US$139 mensuales, el ingreso de los trabajadores en el sector privado de la capital venezolana ha registrado un aumento de 49% en un año, a partir de diciembre de 2021, de acuerdo a un estudio del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
El esfuerzo de empresas privadas en el área metropolitana de Caracas por equilibrar el poder adquisitivo de sus trabajadores, ha sido monitoreado por la institución financiera dirigida por economistas y exdiputados opositores durante los últimos tres años, que detalla como el aumento ha sido ligeramente inferior al alza de los precios en dólares.
En el último trimestre del año pasado, el promedio salarial pasó de US$131,4 a US$138,5 al mes, el que agrupaba los ingresos de profesionales y técnicos, así como obreros y operadores. En el caso de los cargos gerenciales, el ingreso aunque marcó un leve incremento en noviembre, tuvo un retroceso para el cierre del año, situándose en US$307,5.
El OVF hizo además hincapié en la brecha que ha marcado este incremento de la remuneración privada con respecto a los salarios en la administración pública, la que alcanza 200% de considerarse un ingreso de al menos cinco salarios mínimos, lo que evidencia el enorme rezago de la cifra autorizada por el gobierno en marzo del año pasado, sin modificaciones.
El salario mínimo así como las pensiones se mantienen en US$5 según el tipo de cambio oficial, lo que se traduce en un retroceso de 80% desde su último aumento, cuando representaba US$29 o lo equivalente a medio petro, la criptomoneda venezolana, que no contó con anclaje para este cálculo.
La pérdida del poder adquisitivo en el país, incluso para quienes cuentan con la posibilidad de ingresos en divisas, ha sido la protagonista de fuertes protestas laborales. Las pocas medidas económicas tomadas al respecto desde la administración de Nicolás Maduro no han logrado contener la galopante inflación que acumula 67% en la variación acumulada de precios en dos meses.
La dolarización que había avanzado en el último año, sin embargo, ha presentado una caída en las transacciones, registrando 45,5% frente al 54,5% de las efectuadas en bolívares. Esto como parte del intento que ha hecho el gobierno venezolano con normativas como el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), para alícuotas adicionales a los pagos en dólares, con el propósito de incentivar el uso del bolívar.