Bogotá — La inflación de Colombia sigue arriba del 13%, en máximos históricos no vistos desde 1999, y aunque se espera que ceda en mayor proporción después de medio año, el indicador cerraría en 9% en 2023, y se demoraría dos años más en volver a niveles del 3%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Aunque a finales de febrero el codirector del Banco de la República, Jaime Jaramillo, reiteró en un evento que la junta del Banco de la República “está firmemente comprometida con la meta del 3% y seguirá trabajando para lograrla hacia el fin de 2024″, desde el FMI consideran que en 2024 el indicador cerraría en 3,5%, pero será 2025 cuando baje a 3%.
Vale mencionar que el rango meta de la inflación de Colombia es de entre 2% y 4%, según el Banco de la República. Estos niveles no se ven desde 2019 cuando el indicador cerró el año en 3,8%, después llegó la pandemia y cerró en su nivel más bajo en la historia reciente y se ubicó en 1,61%. Desde entonces los precios empezaron a subir y en 2021 y 2022 la inflación terminó en 5,62% y 13,12% respectivamente.
Cabe recordar que el directorio ejecutivo del FMI se reunió el pasado 22 de marzo para concluir la consulta del Artículo IV de Colombia (revisión del panorama de la economía colombiana), mediante la cual expuso que la inflación disminuiría gradualmente en los próximos meses y alcanzaría el nivel objetivo del Banco de la República en 2024.
Igualmente, espera que el déficit de cuenta corriente se reduzca al 4% en el mediano plazo y que continúe siendo financiado por los flujos de inversión extranjera directa, cuya fortaleza durante el año 2022 se destaca en el informe.
En línea con lo anterior, enfatizó en la necesidad de continuar con el endurecimiento de las políticas macroeconómicas para hacer frente a los desbalances internos y externos del país.
Además, indicó que el enfriamiento de la economía apoyará la disminución de la inflación, que continúa en niveles altos, y ayudará a la reducción del desbalance externo, que se amplió el año pasado a pesar de los favorables términos de intercambio, comentaron desde el Banco de la República tras el informe del FMI.
De igual forma, se destaca el régimen de flexibilidad cambiaria como uno de los pilares del sólido marco de inflación objetivo del país y, por tanto, se considera apropiado para facilitar el ajuste externo requerido. Dado esto, se espera una disminución progresiva de estos desequilibrios.
De otro lado, se resalta en el informe la importancia de contar con el acceso a la Línea de Crédito Flexible (LCF), como un instrumento que proporciona colchones adicionales a las reservas internacionales para enfrentar riesgos extremos con carácter precautorio, y que a su vez envía una señal de confianza respecto de la existencia en el país de fundamentales económicos sólidos.
